Daniel Chernilo y Andrés Rosler debatieron sobre la influencia del jurista alemán y su relación con la democracia liberal.
¿Amigo o enemigo del liberalismo? Ese es el amplio arco que recoge las posturas de detractores y defensores de las ideas de Carl Schmitt que han inspirado a intelectuales que se ubican en la derecha y en la izquierda. Y que ha cobrado actualidad a raíz de la discusión constitucional. En el seminario “Carl Schmitt y la democracia liberal: ¿amigos o enemigos?”, que se realizó el 17 de mayo y que fue moderado por el investigador del CEP, Aldo Mascareño, los académicos Daniel Chernilo y Andrés Rosler debatieron sobre la influencia de las ideas del jurista alemán y su relación con la democracia liberal.
Andrés Rosler, profesor de Filosofía del Derecho en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires sostuvo que “la reacción a los escritos y acciones de Carl Schmitt es polifacética. El arco se extiende desde los indignados para los que sigue siendo el diablo en persona pasando por muchos niveles intermedios hasta llegar a aquellos lectores que los consideran como una de las mentes más sutiles de este siglo, todavía completamente insondable”. El académico pasó revista a la relación entre Schmitt y Karl Loewenstein, considerado como uno de los padres del constitucionalismo moderno. Según Rosler, la relación entre el pensamiento Schmitt y la democracia liberal es mucho más directa de lo que uno podría suponer a primera vista. “Las constituciones son dinámicas ya que permiten el cambio pacífico mediante métodos regulares, pero tienen que ponerse rígidas y endurecerse cuando son confrontadas por movimientos que se propone su destrucción.
Daniel Chernilo, profesor de sociología en la Escuela de Gobierno, Universidad Adolfo Ibáñez está en otra posición. Sostiene que “la pregunta que nos convoca hoy es si Carl Schmitt nos ayuda a pensar la democracia y mi respuesta es que no”, argumentando que las fuentes históricas que inspiran su pensamiento político son expresamente antidemocráticas. “Schmitt no es solo un pensador antiliberal sino derechamente autoritario” y genuinamente me cuesta entenderlo como nos invita el profesor Rosler como un promotor de la idea de democracia liberal”.