La Tercera, 22 de abril de 2015
Opinión

Carrera docente: una gran oportunidad

Sylvia Eyzaguirre T..

¡Buenas noticias para educación! El gobierno ha firmado el proyecto de ley que busca fortalecer la profesión docente. Ello es clave para mejorar las oportunidades de aprendizaje de los niños y jóvenes, especialmente de quienes provienen de los hogares más vulnerables, pues la evidencia indica que los docentes son el factor -dentro de la escuela- que más incide en la calidad de la educación.

La propuesta del gobierno busca atraer a jóvenes talentosos y con vocación a la profesión docente, y retener en el aula a los profesores destacados. Para lograr este propósito ha anunciado siete medidas:

1. Hacer las carreras de pedagogía más selectivas, elevando los requisitos para ingresar a ellas.

2. Aumentar las exigencias a las instituciones formadoras, de manera de asegurar que los egresados cuenten con los conocimientos y las habilidades necesarias.

3. Elevar significativamente la remuneración al inicio de la profesión, incluso por sobre el promedio de las remuneraciones de los otros profesionales universitarios.

4. Apoyar durante los primeros años a los jóvenes docentes con programas de mentoría.

5. Crear una carrera profesional escalonada que reconoce el mérito y la experiencia, con perfiles salariales más atractivos para quienes se encuentren en los niveles superiores.

6. Perfeccionar el sistema de evaluación docente para que reconozca los diferentes niveles de desarrollo profesional.

7. Aumentar la proporción de horas no lectivas, permitiendo a los docentes disponer de más tiempo para la preparación de clases, diseño y corrección de evaluaciones, atención de alumnos, trabajo colaborativo, etc.

Estas medidas regirían tanto para las educadoras de párvulos como para los docentes de enseñanza básica, media y técnico profesional que se desempeñan en todos los establecimientos que reciben recursos del Estado.

Estas líneas generales están bien orientadas, sin embargo, un proyecto tan complejo como éste se juega en los detalles. En este sentido es importante tener a la vista tres aspectos fundamentales:

1. Es clave para el éxito de la nueva carrera avanzar en entregar mayor autonomía a las escuelas, de manera que sus equipos directivos puedan gestionar sus proyectos educativos con liderazgo. Actualmente, el director de la escuela no puede seleccionar a sus docentes, no tiene incentivos para evaluarlos y tampoco puede desvincular a los docentes de bajo desempeño. Es importante que la toma de decisiones de la nueva carrera no esté radicada principalmente en el nivel central, sino que debe existir un sano equilibrio entre el nivel central y la escuela, que permita considerar la diversidad de contextos en que se desempeñan los docentes.

2. La legitimidad de la carrera descansa en su capacidad predictiva. Entre más niveles contenga la carrera, más precisos deben ser los instrumentos de evaluación. Nuestra actual evaluación docente no está concebida para acreditar competencias y conocimientos, sino para evaluar el desempeño. Este cambio en la función del sistema de evaluación exige una modificación en los instrumentos. En este sentido, sería más prudente partir por una carrera más sencilla, con menos escalafones, que sea más fácil de evaluar, y con el tiempo ir complejizándola a medida que los instrumentos se vayan perfeccionando.

3. Es importante implementar medidas que atraigan a los docentes más talentosos a trabajar a las escuelas más vulnerables. Esto, sin embargo, no es posible si se crea un incentivo universal para todos los docentes que trabajan en escuelas vulnerables.