Sergio de Castro S., Jorge Cauas, Pablo Baraona, Julio Philippi, Roberto Kelly, Arturo Fontaine A. y Carlos Urenda, firman el acta de fundación del Centro de Estudios Públicos (CEP). Los principios y objetivos declarados en este acto fundacional son los que han guiado al CEP durante estos 40 años.
Había una cierta tradición de centros académicos privados en Chile. La FLACSO se instaló en Chile en 1957. La década de los años 1960 fue prolífica en ellos: DESAL, CELAP, CIDE, ILADES y CPU. Luego del golpe de Estado en 1973 se crearon otros, en parte como consecuencia de la intervención política de las universidades. Se creo el Instituto Chileno de Estudios Humanísticos (ICHEH) en 1974, la Academia de Humanismo Cristiano (AHC) en 1975, CIEPLAN en 1976, el Programa Interdisciplinario de Investigaciones en Educación (PIIE) y el Centro de Indagación y Expresión Cultural y Artística (CENECA) en 1977. En 1978 se fundaron el Programa de Economía del Trabajo (PET) y el Grupo de Investigaciones Agrarias (GIA). En 1979 fue el turno de SUR, y del Centro de Investigación y Planificación del Medio Ambiente (CIPMA).
Al año siguiente, el día 17 de abril de 1980, un grupo de empresarios chilenos funda el CEP con una mirada de largo plazo sobre la sociedad chilena que combina dos elementos básicos: un mercado bien regulado como orden de la economía y la democracia representativa como orden político.
Así, el CEP se constituye como una fundación sin fines de lucro, con el objeto de: “analizar y divulgar, con criterio independiente y crítico y libre de influencias de intereses particulares y de los gobiernos, los problemas filosóficos, políticos, sociales y económicos y los asuntos públicos en general, con el fin de ayudar al entendimiento de los elementos determinantes que aseguran el establecimiento y preservación de una sociedad libre, sustentada sobre los valores morales del mundo occidental. De esta manera los valores que inspiran su acción son aquellos que sostienen y permiten la existencia de la más amplia libertad de las personas dentro de una sociedad que viva en paz, prosperidad y armonía. En el desempeño de su objeto, el Centro se vinculará con la Academia, la Universidad y otros organismos e instituciones públicas y privadas nacionales e internacionales, independientes de influencias de intereses particulares y de los gobiernos, en programas de interés recíproco: realizará y promoverá la investigación y experimentación científica de los problemas que constituyen su objetivo, y su divulgación se concretará a través de publicaciones, seminarios, investigaciones y estudios acerca de ellos. El Centro estará ajeno por completo de toda actuación de tipo religioso, político, con fines de lucro, sindical y gremial.”
Se designó como primer presidente a Jorge Cauas y como primer director a Hernán Cortés.