Estudios Públicos
Nº 20, 1985.
En memoria de Mario Góngora, el diálogo continúa
Entonces cuando la muerte, me pregunto por alguna certidumbre esencial que no puede ser rechazada por nadie, creyentes o no creyentes. Es posible que esas certidumbres sean varias; pero el conjunto de ellas no me interesa ahora; una de ellas se me ha impuesto, se ha apoderado de mí, obligándome a detenerme en ella. Es ésta: el dialogo no me interrumpe con la muerte, el diálogo continúa, el diálogo continuará.