La próxima semana se vota en el Congreso el proyecto de ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, el cual entregaría al Estado nuevas herramientas para enfrentar este gran desafío país. Junto con lo anterior, se va a requerir un importante esfuerzo, coordinación y voluntad del resto del Estado y de la sociedad civil.
En estos calurosos días de verano, en donde muchas familias toman sus vacaciones y disfrutan del contacto con la naturaleza, es importante contextualizar la relevancia e importancia que esta tiene para nuestras vidas y el bienestar futuro de nuestra sociedad.
Hagamos por un momento el ejercicio de pensar esas vacaciones en el futuro, con una naturaleza fuertemente debilitada por el cambio climático, tal como lo están proyectando los todos equipos de científicos internacionales. En este escenario, lo más probable es que sería difícil disfrutar y descansar bajo la sombra de grandes árboles y el sonido de los pájaros, por las importantes sequías y olas de calor que debilitarán hasta la muerte a nuestros árboles nativos y bosques, tal como sucede actualmente en la zona central de Chile. Por otro lado, también sería cada vez más difícil disfrutar de ríos y lagos con aguas puras y cristalinas, por el debilitamiento de los ecosistemas en las altas cuencas afectando el suministro estable de agua purificada. Lamentablemente esta situación no es tan lejana y la podemos observar hoy con los episodios de contaminación en el lago Villarrica.
Desafortunadamente, Chile está siendo fuertemente golpeado por el cambio climático y se espera que este impacto sea creciente en el futuro. Frente a esta situación compleja, el Consejo de Ciencia Tecnología e Innovación de nuestro país, advierte que los procesos ecológicos básicos para la vida, incluyendo la humana, exhiben crecientes niveles de degradación que afectan nuestros ecosistemas en un ciclo perverso y silenciosos de degradación y empeoramiento de los servicios ecosistémicos, como la purificación y aseguramiento del flujo de agua. La naturaleza tiene una importancia significativa en la subsistencia de nuestras sociedades y se estima que al menos un 40% del producto mundial está relacionado de alguna forma a los servicios que nos brinda la naturaleza.
Es por esto, que uno de los mayores desafíos que enfrentamos como país y del cual se habla muy poco es la recuperación y cuidado especial de nuestros ecosistemas. Esto requiere insertar la recuperación y cuidado de la biodiversidad en nuestras políticas y proyectos a todo nivel. Se deben impulsar políticas nacionales que fomenten el cuidado a nuestro capital natural y espacios naturales, tanto en la ruralidad como en las ciudades. Esto va más allá de la correcta implementación de las leyes actuales de protección a los bosques, fauna y aguas, se requiere de una importante inversión y esfuerzo adicional para la recuperación de nuestro capital natural actual y así evitar su depreciación futura generada por el ciclo perverso anteriormente descrito.
Afortunadamente en los últimos meses se están generando ciertos avances que cuentan con respaldo transversal. En el mes de diciembre en la COP 15 de Biodiversidad, nuestro país se comprometió a impulsar fuertemente el cuidado de los ecosistemas en los próximos 7 años, con una meta de proteger el 30% de nuestro territorio. La próxima semana se vota en el Congreso el proyecto de ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, el cual entregaría al Estado nuevas herramientas para enfrentar este gran desafío país. Junto con lo anterior, se va a requerir un importante esfuerzo, coordinación y voluntad del resto del Estado y de la sociedad civil.
Finalmente, si bien estos avances, son importantes, es necesario que los privados y la ciudadanía se sumen al cuidado y mejoramiento de nuestra biodiversidad, apoyando proyectos y adoptando practicas que vayan en esa dirección, para que esto no quede solamente en una preocupación para los meses de vacaciones.
