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Datos con sabor amargo

María José Abud S..

Datos con sabor amargo

El panorama futuro es bastante desolador, porque si bien hay un grupo importante que no ha definido su voto en el plebiscito de salida, todo indica que el resultado será bastante estrecho.

La esperanza es lo último que se pierde, dice el refrán popular, lo cual dista de la realidad de Chile según la Encuesta CEP recién salida del horno, que nos deja con un sabor amargo de como estamos navegando los complejos e inciertos tiempos que nos ha tocado vivir. El 58% de los encuestados cree que la situación económica del país es mala o muy mala. En cuanto al progreso actual del país, un 32% cree que está en decadencia y un 51% estancado. La desconfianza entre nosotros también aumenta, solo un 9% cree que casi siempre o normalmente se puede confiar en las personas.

Ad portas del plebiscito de salida para definir una nueva Carta Magna, la cual contó con un amplió respaldo en el plebiscito de entrada, ¿no debería invadirnos el positivismo e ilusión en el futuro? Eso sería lo deseable, sin embargo, el 42% de los chilenos piensa que en los próximos 12 meses la situación económica del país empeorará y un 55% cree que la nueva Constitución probablemente empeore o deje las cosas igual como están.

Lamentablemente, el panorama futuro es bastante desolador, porque si bien hay un grupo importante que no ha definido su voto en el plebiscito de salida, todo indica que el resultado será bastante estrecho. Un resultado que no represente a la amplia mayoría nos deja en un escenario polarizado para los desafíos que se vienen post votación de septiembre.

Esta información llega tarde para el trabajo de la Convención, pero puede ser de utilidad para la clase política durante los próximos meses: la falta de consensos entre convencionales es algo que ha resentido la ciudadanía, un 69% preferiría que los convencionales privilegien los acuerdos antes que sus propias posiciones. Esta preferencia mayoritaria es independiente del color político, siendo mayor en la izquierda y en el centro (78% y 77% respectivamente), mientras que es de un 59% en la derecha.

¿Estarán las fuerzas políticas en los próximos meses a la altura para lograr acuerdos? Porque sea cual sea el resultado del plebiscito de salida se necesitarán consensos. Para recuperar nuestro optimismo necesitamos volver a confiar (la confianza en los partidos políticos está en un 4%) y creer que los tan anhelados cambios que impulsaron a una amplia mayoría a votar apruebo en el plebiscito de entrada llegarán de alguna forma, sea cual sea el resultado del plebiscito de salida. La encuesta también muestra que la principal razón de quienes se inclinan por el apruebo es por la necesidad de cambios, y si es que ganase el rechazo, un 73% cree que se debería elaborar una nueva propuesta de constitución que reemplace a la vigente o reformar esta.

Los meses que vienen serán fundamentales para entregar confianzas a la ciudadanía sobre el futuro constitucional, y esto dependerá principalmente de la clase política: por un lado, está la responsabilidad de los convencionales en enmendar los defectos del texto constitucional dentro de lo que se puede en la Comisión de Armonización y con las normas transitorias, y por otro lado, esta el desafío de llegar a acuerdos para institucionalizar una tercera vía en caso de que gane el rechazo. En este panorama de más incertidumbres que certezas, en nada contribuirá que nos inunde el negativismo.