La Segunda, 4 de abril de 2017
Opinión

¿Dónde quedó la tercera vía?

Sylvia Eyzaguirre T..

Frente a los regímenes comunistas de Europa oriental y al capitalismo en Estados Unidos, gran parte de los países de Europa occidental optó por una tercera vía: la socialdemocracia.

La actual coalición gobernante abandonó el centro político y ninguno de sus partidos ni sus precandidatos parece preocupado por recuperarlo.

Esta posición política acepta el libre mercado y el respeto por las libertades individuales, pero sin renunciar a los ideales de igualdad y emancipación, que se materializaron en un Estado de bienestar, que procura entregar protección social a todos los ciudadanos y, en particular, a los más necesitados. La socialdemocracia, que fue en parte responsable del éxito económico y social de los países de Europa occidental por varias décadas —y que gobernó Chile durante veinte años con la Concertación, salvando las diferencias—, hoy se encuentra desafiada en el mundo entero.

En nuestro país la centroizquierda parece haber abandonado la tercera vía. La Nueva Mayoría renegó de la Concertación y se erige como una alternativa de izquierda sin bordes claros, donde la socialdemocracia corre el riesgo de ser abandonada. Ninguno de los precandidatos presidenciales de este conglomerado (Guillier, Lagos y Goic) ha defendido abiertamente la socialdemocracia como una alternativa para el futuro de Chile ni ha propuesto un rumbo distinto para la actual coalición. Ricardo Lagos, presidente emblemático de la Concertación, hoy se declara un continuador del gobierno de Bachelet y sus reformas. Alejandro Guillier oscila un día a la izquierda de Lagos, estrechando lazos con el Partido Comunista, y al otro día a la derecha de Lagos, criticando al actual gobierno. Carolina Goic, por su parte, no ha mostrado una postura clara y su falta de convicción para ir a una primera vuelta refleja su deseo de continuar con el rumbo de la Nueva Mayoría.

La actual coalición gobernante abandonó el centro político y ninguno de sus partidos ni sus precandidatos parece preocupado por recuperarlo. La estrategia no sería mala si los votos estuvieran en la izquierda, pero los resultados de las últimas elecciones municipales, al igual que las encuestas, hacen pensar que ahí no están. A ello debe sumarse un Frente Amplio que resulta considerablemente más sexy para el votante duro de izquierda. Incómoda posición para la Nueva Mayoría, que busca su lugar en la geografía política y no lo encuentra. ¿Qué pasó con la generación de los 90? ¿Sucumbieron ante el encanto de los jóvenes revolucionarios? ¿Qué pasó con esa izquierda moderna que creía en el mercado y en la justicia social?

No deja de ser paradojal que la fórmula que llevó a la centroizquierda a gobernar exitosamente durante veinte años sea, probablemente, la fórmula que utilice hoy la centroderecha para ganar el centro político y gobernar los próximos cuatro años.