No hay nada que nos vuelva más humildes que votar, sobre todo si figuramos entre aquellos que pretenden opinar sobre lo que piensa la gente. Me lo decía ayer en la mañana en Chépica, donde hacía fila con hombres solemnes e inescrutables: hombres que con un lápiz expresarían en forma tajante e inapelable su decisión. Nada más de especulaciones ni de cuentas alegres: había llegado la hora de la verdad.
Esa hora de la verdad ha sido muy feliz para Sebastián Piñera y para la Coalición por el Cambio, que en diputados ha sacado una votación similar a la de la Concertación. Para Eduardo Frei, a pesar de confesarse contento por estar en la segunda vuelta (¡qué tiempos para un ex Presidente!), el veredicto de los ciudadanos ha sido lapidario. Para Jorge Arrate también: no logró mejorar la votación que le daban las encuestas antes de la franja.
En cuanto a Marco, el electorado no lo ejecutó, y cabe esperar que será una gran estrella política en el futuro. Pero no hay duda de que su votación fue decepcionante. Más aún lo fue el catastrófico desempeño de sus candidatos parlamentarios, que demostró que su votación era individual, y por tanto poco transferible.
¿Qué pasará con los votantes de Marco? La última encuesta del CEP, en la pregunta con urna, indicó que el 39 por ciento se iba con Frei, el 32 votaba blanco o nulo, y el 29 por Piñera. Con esa distribución, y suponiendo que el total de los votos de Arrate van a Frei (lo que no es tan seguro en un país de votantes cada vez más individualistas), y suponiendo que no hay votos del mismo Frei que pasen a Piñera por percibirlo como ganador, Piñera en segunda vuelta quedaría con unos 50.5 y Frei con unos 49.5 por ciento. No hay duda de que la elección será muy estrecha. Pero no hay que olvidarse de que en la última encuesta del CEP, un 55 por ciento dijo que no votaría jamás por Frei. Ese es un freno formidable.
Que nadie pueda hacer cuentas alegres con los votos de Marco lo demostró él mismo, al decir, con la humildad de quien se ha sometido al rigor de las urnas, que no se sentía con el derecho de endosarlos. Los líderes de la Concertación, sea por arrogancia, o porque están en una poco atractiva fase de negación, creen que los votantes de Marco se van a unir a Frei en torno al ‘progresismo’. Puede ser, pero en su discurso de anoche, Marco partió dirigiéndose a los ‘mujeres y hombres libertarios’. ¿Acaso esos libertarios encontrarán la llave de la libertad en un regreso de Frei?