La Segunda, 5/1/2011
Opinión
Educación

Excelencia pedagógica: una tarea pendiente

Sylvia Eyzaguirre T..

Los resultados PISA indican que Chile en los últimos nueve años hizo progresos significativos en lectura, pasando de un desempeño bajo a uno aceptable. Sin embargo, todavía estamos lejos de tener un sistema educativo satisfactorio. En promedio, uno de cada tres estudiantes de 15 años no tiene las competencias lectoras mínimas para desenvolverse en el mundo actual, y la diferencia en el desempeño entre los grupos socioeconómicos alto y bajo sigue siendo muy grande. Necesitamos, entonces, medidas que aborden de forma eficiente el problema de la calidad y la equidad en la educación. El informe PISA revela que uno de los factores más importantes acá es la calidad de los docentes. Para lograr atraer a personas de alto rendimiento a la profesión, los países con mejores rendimientos implementan procesos altamente selectivos y buenas remuneraciones iniciales.

En esta dirección apunta el proyecto de ley, presentado recientemente por el Gobierno, que crea el Examen de Excelencia Profesional Docente y la Asignación de Excelencia Pedagógica Inicial. Este examen viene a remplazar la actual prueba Inicia y, al igual que ella, será voluntario. Las personas, empero, que deseen ejercer en establecimientos subvencionados por el Estado por primera vez deberán rendir (no aprobar) dicho examen de forma obligatoria. Al no establecer esta prueba un estándar mínimo para todos los futuros docentes, no eleva las exigencias para el ingreso a la profesión, cumpliendo así una función meramente informativa, dejando sin filtrar a los estudiantes de bajo desempeño. La Asignación de Excelencia Pedagógica Inicial (AEP), por su parte, aumenta las remuneraciones iniciales, vinculándolas con el desempeño en el nuevo examen. Así, el 30% con mejor rendimiento recibirá un aumento de hasta un 30% en su remuneración inicial por tres años, si se desempeña en establecimientos subvencionados. Esta medida, junto con las becas de pedagogía y el aumento de la AEP, distan de ser suficientes, si queremos seleccionar a nuestros futuros profesores de entre el 30% de personas con mejor rendimiento del país, pues no logran cerrar, incluso para los docentes destacados, la brecha existente con las remuneraciones de profesiones afines.

Requerimos un examen de habilitación obligatorio que garantice un estándar mínimo de calidad y, paralelamente, incrementar las remuneraciones iniciales de forma importante, de manera que estén en línea con las observadas en otras profesiones, para todos los profesores que cumplan con las nuevas exigencias.