Los británicos Matthew Bardrick e Ian Dickie dieron cuenta en el CEP de su experiencia en implementación de programas públicos y privados que aplican el denominado «capital natural» en materias de conservación.
La cita, que reunió a cerca de 30 personas relacionadas al mundo de la conservación medioambiental- varios de ellos parte de la Comisión Conservación, Institucionalidad y Filantropía- buscaba generar un espacio para compartir experiencias en torno a la inclusión del concepto de «capital natural» en las políticas públicas. El término se refiere al conjunto de recursos de un ecosistema, ya sean o no renovables.
La visita de Bardrick, jefe de Contabilidad de Capital Natural y Economía Ambiental del Reino Unido, al CEP, tuvo como foco exponer los distintos programas públicos y privados que están utilizando el «capital natural» en su país. En la instancia también participó Dickie, director de la consultora «Eftec», la primera en materias de economía medioambiental en Gran Bretaña.
Una parte esencial de la conversación versó en cómo se está incorporando el concepto en las decisiones del Departamento del Tesoro en Londres, así como su aplicación en políticas de compensación en proyectos inmobiliarios o de infraestructura.
«Entender la naturaleza como un activo, de los cuales fluyen los servicios, nos ayuda a pensar en cómo podemos invertir para obtener beneficios, pero también nos ayuda a pensar en quién se beneficia de esos flujos, quién los daña y quién los degrada. Pensar en cómo podemos incorporar el financiamiento privado para apoyar la naturaleza y mejorar nuestro medioambiente es un avance», explicó Bardrick.
En palabras del investigador CEP, Eduardo Katz, «es interesante cómo, a través de esas obligaciones, crean un mercado de biodiversidad para los terratenientes y propietarios de biodiversidad. Ellos son parte de quienes ponen las reglas de base y entregan la información para esos mercados».
El economista Klaus Schmidt-Hebbel, miembro de la Comisión de Conservación, Institucionalidad y Filantropía, explicó que la incorporación del capital natural «es el primer paso, porque si nosotros lo omitimos y solamente nos referimos a capital humano y físico, tomamos implícitamente una decisión de destrucción del capital natural para poder construir más capital humano -más gente- o más capital físico -más construcciones- a costa de la destrucción de nuestro capital natural».
Como resume Alexandra Petterman, directora ejecutiva de la Reserva Biológica Huilo Huilo y también parte de la comisión, «Chile es un país joven en desarrollo de una institucionalidad que permita que realmente la naturaleza se conserve de verdad y no a puertas cerradas. Es bueno que se tomen experiencias de otros lados para ver cómo han ido haciendo su institucionalidad, para que esto sea una realidad a futuro para nosotros».