Pulso, 5 de abril de 2018
Opinión
Salud

Gasto de bolsillo en salud: un problema nacional

Carolina Velasco O..

El sistema de salud se encuentra al debe. No ha sido capaz de brindar la protección financiera que sus beneficiarios necesitan. Tanto la opinión de los usuarios, como los datos respecto de sus gastos efectivos en salud lo demuestran.

Según informa la Superintendencia de Salud, 6 de cada 10 personas creen que no podrán pagar la atención que necesiten ante una enfermedad grave, lo cual concuerda con los datos de la encuesta CEP número 80, que evidencia que 4 de cada 10 residentes no se siente bien cubierto por su esquema previsional. Si nos comparamos a nivel internacional, Chile tiene uno de los gastos de bolsillo en salud, es decir, aquellos gastos no cubiertos por el esquema previsional de salud (como seguros), más altos dentro del grupo de países desarrollados.

El análisis de la Encuesta de Presupuestos Familiares en Chile evidencia que el gasto de bolsillo en salud puede ser una carga financiera importante para los hogares. En efecto, para 16% de éstos, el desembolso en salud supera el 10% de su gasto total. Dentro de este grupo, un 44,4% son hogares que residen fuera de la Región Metropolitana. Más aún, para más de 4% de los hogares, el gasto de bolsillo en salud se convierte en catastrófico y, nuevamente, casi 40% residen fuera de la Región Metropolitana.

La mayor proporción del gasto en salud se lo llevan los medicamentos (38%), seguidos de consultas médicas (19,8%), exámenes de laboratorio y de rayos (11,8%) y servicios dentales (9,3%). Al desagregar el análisis geográficamente, comparando el gasto en la región Metropolitana con el resto del país, se ve que los servicios de hospitalización se llevan una mayor proporción del gasto en las regiones diferentes a la Metropolitana. Ello podría responder a la menor oferta de prestadores fuera de dicha región.

De los datos anteriores se pueden desprender una serie de conclusiones. Lo primero, es que los esquemas previsionales (seguros de salud principalmente) están dejando fuera gastos que son muy relevantes para las familias, como medicamentos y servicios de hospitalización, quirúrgicos, ópticos y dentales, entre otros. Además, si bien tanto el esquema de Fonasa como el de las isapres cuentan con protección para gastos catastróficos, el análisis muestra que ésta está siendo insuficiente. Algunas alternativas de mejora podrían considerar subsidios a ciertos gastos o la inclusión de otros dentro de los planes de salud (como medicamentos frecuentes y que son indispensables para determinados grupos – por ejemplo, adultos mayores con enfermedades crónicas).

Para avanzar hacia un sistema con cobertura universal, se debe procurar que el acceso a atenciones y servicios de salud no dependa de los ingresos de las personas y que no les signifique un problema financiero a los hogares. En pos de este objetivo, es necesario que en el corto plazo se identifiquen los aspectos más relevantes para los pacientes que requieran reformarse. En el mediano y largo plazo, debe generarse una estrategia acordada entre los distintos actores de la sociedad, con metas claras, pero que considere evaluaciones a las diferentes etapas de implementación, en orden a que se puedan hacer los ajustes necesarios. Hoy tanto el gobierno como el parlamento son diferentes, además se cuenta con nueva evidencia de los problemas y con propuestas para solucionarlos, condiciones que otorgan una oportunidad para avanzar en este sector.