N° 382, noviembre 2014
Puntos de Referencia
Economía
Energía
Políticas públicas

Causas y consecuencias del problema energético en Chile: Una visión desde la macroeconomía

Agustín Hurtado, Vittorio Corbo.

Baje documento aquí Durante la última década, Chile ha soportado altos y crecientes costos eléctricos debido principalmente a la dinámica de los precios del carbón y el diésel, al estancamiento de nuevos proyectos de generación eléctrica y a la volatilidad climática.

Los mayores precios de la electricidad han afectado a industrias intensivas en este insumo y a la economía en su conjunto, a través de diferentes mecanismos.

En primer lugar, las exportaciones y las industrias que compiten con importaciones se hacen menos competitivas, y se producen fugas de inversión hacia economías donde el precio de la electricidad es menor. Esto merma la actividad y la capacidad de producción futura, lo cual reduce el ingreso disponible de los hogares, los ingresos fiscales y el empleo.

En segundo orden de importancia, el consumo se ve afectado pues los hogares, al enfrentar un mayor precio de la electricidad, cuentan con un menor ingreso real disponible y tienden a reducir la compra de bienes intensivos en electricidad, así como también de otros bienes. Ante los cambios en patrones de consumo, las firmas reasignan su producción, causando flujos y desempleo de recursos, amplificando así el efecto del aumento en el costo de la electricidad.

En tercer lugar, los recursos desplazados se emplean en sectores menos productivos, disminuyendo así la eficiencia agregada. Asimismo, mayores costos eléctricos afectan la intensidad de uso del capital, volviendo obsoleto al capital menos eficiente en electricidad.

Finalmente, el aumento en los costos marginales de producción y la incertidumbre sobre la evolución futura de los precios de la electricidad asociados al retraso de proyectos eléctricos frena inversiones en firmas intensivas en energía eléctrica, afectando particularmente a la minería.

Los efectos finales de mayores precios de la electricidad dependen de características estructurales de la economía. Mientras menor sea el grado de sustitución entre energía eléctrica y otros insumos, mayor es el efecto en la producción. Por su parte, si los mayores precios de la electricidad se traspasan rápidamente a la inflación y a la inflación esperada, y la autoridad monetaria responde subiendo la tasa de política, el resultado puede ser más contractivo aún.

Evidencia preliminar muestra que el retraso de inversiones en proyectos eléctricos podría implicar una disminución acumulada de 18% de la inversión, de 9% en el consumo, de 8% en el empleo y de 6% en el producto interno bruto en relación a una expansión óptima en la inversión en generación para el periodo 2012-2019.

Evidencia a nivel de plantas industriales indica que aumentos de 10% en el precio de la energía eléctrica merman la inversión en 2%, el nivel de empleo en 0,14% y la productividad laboral en 1% y 2% en el corto y largo plazo, respectivamente.

El «problema energético» documentado en este artículo, concepto que alude al sustantivo impacto en la economía chilena de los altos y crecientes costos de la energía eléctrica, requiere el desarrollo de opciones de política que en el corto plazo mitiguen y en el largo plazo resuelvan este problema, para evitar que siga siendo un obstáculo al crecimiento.