¿De qué estamos hablando cuando hablamos de Reforma del Estado?

Una comisión transversal de 25 personalidades convocada por el CEP propuso crear un servicio civil para altos directivos en el estado central. Propuso que Chile se salte la etapa de los servicios civiles con burócratas inamovibles, diseño que dominó en los países avanzados por casi un siglo. Desde 1988 esos países han reformado ese esquema, pues se convencieron de que la inamovilidad de los jefes de servicio es indeseable. Ella permite a los jefes desentenderse de las demandas de los Presidentes que intentan cumplir con la ciudadanía, y permite a los Presidentes eludir su responsabilidad, escudándose en una falta de colaboración de la burocracia.
Esa comisión transversal propone copiar aquella innovación que impide el cuoteo de los puestos de jefe de servicio, pero al mismo tiempo permite al Presidente removerlos. Un servicio civil para ejecutivos obliga al Presidente a reemplazar al jefe despedido con la ayuda de un Consejo Autónomo, similar al del Banco Central, cuya misión sería impedir el cuoteo a nivel de jefes. Este Consejo selecciona la terna que será presentada al Presidente, en concurso público o por búsqueda encargada a especialistas en selección de ejecutivos. También el Consejo decide la remuneración ofrecida a cada candidato, dentro del rango asociado al grado al que pertenezca el puesto, que a su vez depende de los salarios de mercado.
El cuoteo se reduce porque la afinidad partidista no ayuda a integrar una terna, porque se dota al elegido de independencia con una sustancial indemnización por despido, fijada por el Consejo Autónomo, y porque un elegido con mayor reputación en el mercado laboral pierde más si falla en cumplir con eficiencia los encargos de su ministro. El jefe elegido definiría el perfil para cada uno de los cargos del segundo nivel ejecutivo, quienes lo secundarán en su misión, sujeto a las normas generales y a la supervisión del Consejo Autónomo, quien impedirá que esos puestos se llenen por afinidad partidista. Los seis miembros del Consejo Autónomo durarían dos períodos presidenciales en su cargo. Cuatro de ellos serían propuestos en parejas por el Presidente al Senado y los otros dos serían autogenerados por el Consejo saliente.