- Una Economía de Mercado sólo puede llamarse «Social» si logra que el progreso económico, el rendimiento elevado y la productividad creciente generados por una competencia leal y efectiva redunden en beneficio del consumidor-trabajador.
- El sistema permite que estos beneficios lleguen al consumidor- trabajador en forma de aumentos de salarios o reducciones de precios, así como, a través de reducciones en la carga impositiva.
- Los pilares fundamentales del sistema lo constituyen el mercado y la competencia. Una libre formación de precios en los mercados, es decir, sin intervenciones del Estado, unido a una competencia leal y efectiva se constituyen en instrumentos irreemplazables para coordinar y canalizar los diferentes planes y preferencias individuales.
- Asimismo, son columnas sustentadoras de una Economía Social de Mercado la propiedad privada (aparejada a la libertad de decisión individual) y un Estado capaz de establecer las «reglas del juego» entregando un marco general para el accionar individual.
- En relación a la política social, el Estado tiene un rol subsidiario que cumplir asistiendo sólo a los verdaderamente desvalidos. De otra forma se rompe el principio fundamental de incentivo a la propia responsabilidad, a la capacidad de cada cual a responder de sí mismo.