Lea, además, la presentación realizada en la reunión privada «El Momento Económico Julio 2017» el 20 de julio de 2017.
La economía mundial sigue creciendo en forma robusta debido al crecimiento de las economías avanzadas y al repunte, en el margen, de las economías emergentes.
La recuperación ha estado acompañada de un repunte cíclico en las manufacturas y el comercio global. En paralelo, las tasas de inflación de los países avanzados se reducen por caídas en el precio de la energía y por salarios que responden menos de lo esperado a las bajas en el desempleo. En cuanto a los precios de los activos, aumentan las tasas largas y los precios de las acciones, en medio de la recuperación de los precios de los commodities y de una baja volatilidad en los precios de acciones y de bonos.
La actividad en la zona euro se fortalece, con un mercado laboral más dinámico, baja inflación, menor freno fiscal y mejores expectativas, en presencia de altas brechas de capacidad. En Estados Unidos la expansión es más débil, en medio de un mercado laboral más fuerte, mientras el dinamismo de China se mantiene alto, apoyado por políticas fiscales expansivas y de crédito que, en el proceso, también aumentan su vulnerabilidad. El resto de los países emergentes también toman más dinamismo (destacando Brasil y Rusia que salen de la recesión), y los países de Europa Central y del Este que se benefician del mayor dinamismo de la zona euro.
En cuanto a la política monetaria, la Reserva Federal está en un proceso de aumento gradual de la tasa de política, mientras que el Banco Central Europeo se apresta a revisar la compra de bonos. Por su parte, el Banco de Inglaterra se prepara para subir tasas, a la vez que el Banco de Japón mantendría los estímulos monetarios y financieros por más tiempo.
En cuanto a proyecciones para este año, se espera una tasa de crecimiento mundial en torno a 3,6 por ciento anual, la más alta desde 2011, y para el próximo año una del 3,7 por ciento anual.
En los últimos cuatro años Chile ha tenido un crecimiento mediocre, afectado por el fin del superciclo del cobre, por un menor crecimiento mundial y, por los efectos negativos de las reformas internas en el ambiente de negocios y en la inversión. El bajo dinamismo de la actividad eleva la tasa de desempleo y genera un cambio en la composición del empleo hacia trabajos de menor calidad. En cuanto a la posición fiscal, el aumento del gasto público (efectivo y proyectado), y el menor crecimiento del producto incrementan los déficits y aumentan la deuda pública, lo que originó una baja en la calificación de riesgo por Standard & Poor’s, la primera después de 25 años. Por su parte, las expectativas económicas se mantienen en terreno negativo, en medio de una inversión débil y del ajuste en el mercado de la construcción. En todo caso, destaca el crecimiento de la actividad del comercio al por menor y de las exportaciones en dólares corrientes. Por otro lado, la inflación se ubica por debajo del límite inferior del rango de tolerancia del Banco Central, lo que aumenta la probabilidad de nuevas bajas de tasas si el mercado laboral se sigue deteriorando y el crecimiento del consumo privado pierde dinamismo.