Estabilidad y desarrollo económico: algunas reflexiones

En los países latinoamericanos se generó, después de la Gran Depresión de los años treinta, un fuerte sentimiento adverso al uso del mercado y el desarrollo de la iniciativa privada.
La excesiva intervención del Estado en las economías del continente, lejos de contribuir a superar la pobreza y mejorar la distribución del ingreso, produjo un bajo ritmo de crecimiento, no obstante las favorables condiciones que mostraba la economía mundial, conjuntamente con periódicos problemas de inflación y balanza de pagos.
Los países que se han desarrollado han alcanzado esta posición sobre la base de un alto grado de estabilidad en sus políticas. Para ello, debe lograrse que el manejo de la autoridad económica se inserte en una perspectiva de más largo plazo que la asociada a los objetivos de corto plazo que caracterizan al quehacer político. También la organización económica debe estructurarse sobre la base del reconocimiento de que la libertad para escoger debe estar en manos de las personas y no del gobierno.
La búsqueda de los beneficios de las políticas sin la aceptación de la disciplina que éstas imponen, ciertamente, llevará nuevamente a una secuencia más de «desarrollos frustrados».

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