De ganar el Apruebo en el plebiscito del próximo 25de octubre, el órgano que resulte electo deberá, alredactar su reglamento por 2/3, definir su estructuraorgánica. Hasta ahora, esa estructura tiene una baseque fue determinada por la reforma constitucionalque, en diciembre de 2019, habilitó dicho plebiscitoy el eventual proceso constituyente.
De ganar el Apruebo en el plebiscito del próximo 25 de octubre, el órgano que resulte electo deberá, al redactar su reglamento por 2/3, definir su estructura orgánica. Hasta ahora, esa estructura tiene una base que fue determinada por la reforma constitucional que, en diciembre de 2019, habilitó dicho plebiscito y el eventual proceso constituyente.
Esa estructura básica está compuesta por: un Presidente y un Vicepresidente, una Secretaría Técnica conformada “por personas de comprobada idoneidad académica o profesional”, y un Comité “externo” para administrar las asignaciones que el reglamento confiera a los convencionales constituyentes.
Sobre esta base, al elaborar su reglamento, la Convención podrá definir con más detalle su estructura. Un aspecto que seguramente el reglamento considerará será una cierta división temática para organizar el trabajo de la Convención, dividiéndose en comisiones o mesas de trabajo.
Con el objeto de ver cómo se estructuraron otros órganos constituyentes que, como la Convención chilena, fueron creados con el propósito central de elaborar una Constitución, en este texto se han elegido cuatro conocidas Asambleas Constituyentes (AC) en América Latina.
Se trata de los casos de Colombia (1991), Venezuela (1999), Bolivia (2006 y 2007) y Ecuador (2007 y 2008). En lo que sigue, sus estructuras se revisan en ese mismo orden para, luego, avanzar una conclusión sobre lo que se podría aprender de estas experiencias. Las facultades de los principales órganos directivos que compusieron sus respectivas estructuras se listan como Anexo al final de este texto.
