El año pasado, de acuerdo a estimaciones del FMI, nuestro ingreso per cápita en dólares ajustados por paridad del poder de compra alcanzó un poco menos de 13 mil dólares per cápita. Había 56 países con un ingreso superior al nuestro. En 40 de ellos dicha suma correspondía a 20 mil dólares o más. Nuestro “like-minded country” más cercano, Nueva Zelanda, prácticamente nos duplicaba en cuanto a ingreso. Solo dos de esos países tenían una desigualdad similar a la de Chile. Esto da muy resumidamente cuenta de los desafíos que el país tiene por delante. El objetivo de las ponencias que se reúnen en esta publicación no es abordarlos todos, sino recordarnos que sin buenas instituciones es imposible recorrer el camino hacia el desarrollo. Si bien el país tiene algunas bien diseñadas, también se notan debilidades que deben ser corregidas. Por cierto, partimos de la base que los diseños institucionales tienen que ser constantemente revisados, analizados, estudiados y perfeccionados para que ellos les sirvan a los ciudadanos eficiente y efectivamente. Estamos convencidos de que el fortalecimiento de la institucionalidad en diversos ámbitos es una condición fundamental para profundizar nuestra democracia y lograr un crecimiento sostenido.
Es en este contexto que Expansiva y el Centro de Estudios Públicos (CEP) dan a conocer “Institucionalidad para el Desarrollo: Los Nuevos Desafíos”, documento en el que se recogen las diversas propuestas de perfeccionamiento institucional elaboradas por destacados expositores en el marco del seminario “El Chile que viene”, desarrollado en enero de 2007 por ambos centros de estudio. No es primera vez que ambas instituciones realizan un esfuerzo en esta dirección. El primero de estos encuentros se concretó hace siete años y desde entonces han sido una oportunidad para pensar el futuro del país. Después de todo, más allá de las diferencias que puedan separar a sus líderes de opinión y a su población, Chile necesita una mirada compartida para alcanzar el progreso social y económico, y ampliar las libertades individuales que son objetivos centrales de toda vida en común.
El lector se encontrará en esta oportunidad con diversas reflexiones respecto de las carencias institucionales que afectan a nuestro país, en ámbitos que son centrales para fortalecer nuestro proceso de desarrollo. Podrá comprobar que hay también propuestas concretas sobre cómo mejorar nuestras instituciones en esos ámbitos. Estas sugerencias toman una variedad de formas porque las transformaciones institucionales requeridas en un momento en particular no necesariamente son amplias. Debe tenerse siempre presente que estas propuestas pueden contemplar un cambio en el enfoque de hacer las cosas, o bien, en las orientaciones de una política; lo que a su vez, eventualmente, podría gatillar desde leves modificaciones de las instituciones existentes hasta radicales reformas que generen el cierre de algunas y la creación de otras nuevas.
Los diversos capítulos de este libro no están pensados de manera aislada —aunque los autores marcan sus énfasis—, sino que en su trasfondo intentan abordar las siguientes interrogantes: ¿Cuál es el benchmark con el que debemos pensar los temas institucionales y del desarrollo? ¿Cuáles son las brechas que nos separan de ese benchmark? ¿Cuáles son los problemas que ello nos está generando? ¿Qué tipo de distorsiones ocasiona? ¿Cuáles son los principales cambios que deben introducirse y cómo ello afecta el comportamiento de los diversos actores sectoriales? ¿En qué medida las propuestas contribuyen a satisfacer las necesidades de los ciudadanos? y ¿Cuáles son las dificultades (políticas, de recursos u otras) que enfrentan las propuestas?
Esperamos que en las páginas siguientes los lectores encuentren una reflexión valiosa llevada adelante por un destacado grupo de profesionales que, desde diferentes experiencias y puntos de vista, quieren aportar en la identificación de los desafíos institucionales que Chile necesita abordar para avanzar en su desarrollo social, económico y político. Junto con ello se plantean acciones posibles y propuestas concretas que no pretenden ser definitivas, sino más bién el punto de partida de un proceso de deliberación pública que cree en nuestros líderes de opinión la conciencia de que el país necesita de marcos institucionales adecuados, siempre abiertos al perfeccionamiento para que los esfuerzos de todas y todos, en los más diversos ámbitos, se canalicen de manera productiva y estén orientados al logro de un país más libre, próspero y justo.
Jorge Marshall, Presidente de Expansiva
Harald Beyer, Coordinador Académico del CEP
Jaime Gatica, Coordinador Seminario