El propósito de este artículo es entregar un resumen de las principales etapas de las reformas al sector público en Australia y rescatar lecciones de tal experiencia. El texto explora cuatro fases en mayor detalle: gerencialismo, mercantilización, gobernanza colaborativa y gobierno de alto rendimiento. Al movernos por estas cuatro fases se narra una historia de fracasos y éxitos relativos en el corto plazo. Sin embargo, al reflexionar sobre el largo plazo vemos que Australia ha sido una reformadora constante, siempre buscando modos de mejorar y mostrando una voluntad de experimentar con ideas nuevas o reciclar ideas viejas si es necesario. Las reformas en la experiencia australiana rara vez han sido repentinas o transformativas; más bien han sido graduales y pragmáticas. En general, han sido más exitosas aquellas que han contado con apoyo bipartidista, mientras que las de un solo partido han tendido a fallar. Agendas bipartidistas graduales y enfocadas en mejoras continuas, han permitido que Australia desarrolle su administración pública y que la modernice a través del tiempo.