Nº 301, diciembre 2008
Puntos de Referencia
Educación
Políticas públicas

La lectura en las escuelas que tenemos

Loreto Fontaine C..

  • El nivel de competencias lectoras que se requiere hoy para participar activamente en una sociedad moderna implica ir más allá de la alfabetización inicial. Los alumnos necesitan adquirir destrezas más avanzadas de lectura que les permitan aprender y mantenerse aprendiendo en forma continuada.
  • Para los alumnos de bajo nivel socioeconómico es relevante acceder tempranamente a la lectura, ya que se ha demostrado que ésta tiene un efecto generativo y multiplicador sobre el lenguaje, aumenta el bagaje de conocimientos y afecta positivamente el desarrollo cognitivo.
  • Dentro de un mismo nivel socioeconómico se observan importantes diferencias, entre las escuelas en los logros en lectura inicial. Estas coinciden con las diferencias de logro en el Simce y las predicen. Las escuelas de mejor Simce logran enseñar a leer a todos sus alumnos antes y mejor que las de Simce bajo. Al finalizar segundo básico la brecha entre un «buen» establecimiento y uno deficiente, ambos de igual nivel socioeconómico, es ya equivalente al logro en lectura de un niño promedio en año y medio de escolaridad.
  • Las escuelas que logran buenos aprendizajes ocupan más tiempo de clases en lectura. En promedio, en una clase de primero de Simce alto los niños se contactan con una cantidad de palabras impresas veinte veces mayor que los de una clase de Simce bajo. Además definen un plazo para aprender a leer (primero básico), la metodología para enseñar a leer es escogida y apoyada por la dirección, usan un texto de lectura inicial, capacitan a sus profesores de primer año, la dirección de la escuela evalúa el desempeño de los alumnos en lectura, toman medidas remediales oportunas para los alumnos con retraso lector.
  • Se observaron también deficiencias que son comunes a todas las escuelas y que probablemente explican los bajos rendimientos generales en lectura que obtienen los alumnos de nuestro país. Incluso las escuelas que logran un buen comienzo manifiestan debilidades en las etapas siguientes del desarrollo lector. Estas carencias se refieren principalmente a la escasa presencia de la lectura en los establecimientos. Los niños no tienen oportunidades de leer en sus escuelas. En clases se lee poco, los textos escolares ofrecen escasa lectura (se estimó que el texto de segundo básico alcanza para que un niño con una velocidad promedio lea menos de un minuto en cada hora de clase de lenguaje), en las escuelas no hay libros ni bibliotecas.
  • La formación de los profesores es débil en lectura: carecen de un entrenamiento mínimo para enseñar lectura inicial e ignoran cómo continuar desarrollando las destrezas lectoras una vez superada la etapa inicial.
  • Se propone: considerar la lectura inicial y la provisión de material de lectura a los alumnos entre los estándares indicativos de desempeño que debieran tomarse en cuenta si se implementa un sistema de aseguramiento de la calidad; enfatizar la meta de que todos los alumnos aprendan a leer en primero básico, para lo cual se sugiere un período adicional de nivelación al terminar el año escolar, para todos los alumnos que no alcanzan esta meta, y un Simce de lectura en segundo año; priorizar la lectura en el currículo estableciendo metas cuantitativas, determinando la cantidad mínima de lectura que debe realizarse a diario; aumentar la cantidad de lectura en los textos entregados por el ministerio, incluyendo una antología y cuadernos de trabajo; omitir por el momento la licitación de un texto de lectura inicial y entregar en cambio los recursos para que las escuelas escojan en el mercado el que sea de su preferencia.