Nº 240, abril 2001.
Puntos de Referencia
Ciencias Sociales
Filosofía
Opinión Pública
Política

¿Nos estamos derechizando? Análisis sobre la base de resultados electorales y encuestas CEP

Ximena Hinzpeter, Carla Lehmann S.B..

  • ¿Cómo han cambiado las preferencias políticas desde el plebiscito de 1988? ¿Cómo votaron ahora los que ayer se inclinaron por el Sí o por el No? ¿Cuáles son los sectores de la población (edad, sexo, estrato socioeconómico, ubicación geográfica, etc.) que han desplazado su voto? ¿Y cuáles los factores que pudieran explicarlo?
  • El aumento de la votación de la oposición de 12% entre 1988 y la segunda vuelta del 2000 es pareja en hombres y mujeres. No ocurre lo mismo con la caída en la votación de la Concertación. Esta, de 7% entre ambas contiendas, se explica fundamentalmente por la pérdida de apoyo entre los hombres. La oposición se robusteció entre las mujeres captando votos de nuevas jóvenes inscritas. Por su parte, el aumento de votos masculinos provino sólo en parte de nuevos inscritos y también de votos No en 1988
  • A la hora de explicar la alta votación obtenida por Joaquín Lavín sabemos que se inclinaron por él personas de clase media y alta que hace 12 años no votaron por el Sí. Esta clase media ha tendido con el tiempo a abrazar ideas más cercanas a la derecha. El voto de este estrato en 1988 estuvo marcado por los valores de la libertad e igualdad, ambos asociados intrínsecamente con la izquierda y en el 2000, por el orden y el crecimiento económico, relacionados más bien con la derecha.
  • Tanto los resultados electorales como la información de las encuestas del CEP permiten sostener que la ciudadanía se ha derechizado. El futuro político del país ya no es tan previsible como lo era antaño. El conglomerado que logre hacer suyo los nuevos sentires que hoy prevalecen, ganará. Estos sentires están expresados hoy en una mayor valoración del crecimiento económico que de la igualdad y del orden que de la libertad.
  • Si la Concertación desea recuperar el terreno perdido deberá renovarse. Pero renovarse no para volver a los significados del “No” sino para ponerse al día respecto de lo nuevo que ahora le importa a la ciudadanía.