Sorprende que la mitad de los padres cuyos hijos estudian en colegios municipales prefieran los particulares subvencionados. Surge entonces, inevitable, la pregunta: ¿por qué no los educan donde preferirían hacerlo?
- Frente a la disyuntiva de escoger —a igual costo y aproximadamente a igual distancia— entre un establecimiento municipal y uno particular subvencionado, 6 de cada 10 padres con hijos en edad escolar preferirían el particular subvencionado. Esta preferencia por tales colegios se da en todos los estratos socioeconómicos y en todas las tendencias políticas.
- Sorprende que la mitad de los padres cuyos hijos estudian en colegios municipales prefieran los particulares subvencionados. Surge entonces, inevitable, la pregunta: ¿por qué no los educan donde preferirían hacerlo?
- Si consideramos que dos tercios de los padres encuestados que tienen descendientes en edad escolar (67%) manifestaron estar dispuestos a realizar un aporte mensual adicional para mejorar la calidad de la educación que reciben sus hijos, podemos inferir que la cuestión, posiblemente, no se relaciona con un problema de costos. A su vez, si esta voluntad de pago es efectivamente una disposición real para pagar más, entonces podemos plantear que se está frente a una situación de capacidad de pago familiar subutilizada.
- Por otro lado, pudiera ser que si bien estos padres preferirían educar a sus hijos en un establecimiento particular subvencionado y no lo hacen, es porque allí no hay vacantes disponibles. Esto significaría que la oferta de los particulares subvencionados no es capaz de absorber toda la demanda. Lo acontecido durante los últimos diez años y el crecimiento dispar del número de colegios de un tipo y del otro y sus respectivas matrículas avalan esta hipótesis como la más plausible.