El propósito de este documento es contrastar la reforma aprobada en el Congreso con la que el Gobierno propuso inicialmente y con otras dos propuestas: una elaborada por una comisión que representa a los partidos de la Oposición y otra por los centros de estudio CEP y CIEPLAN. En el texto se revisan los aspectos tributarios más relevantes que estas tres propuestas apuntan a modificar, lo aprobado y lo excluido de la versión final, que podría ser incluido en reformas futuras de acuerdo a la visión del autor.
Respecto al impuesto de Primera Categoría, se aprobó el aumento a 20%, coincidiendo con las propuestas analizadas, sin embargo, ellas difieren respecto a la base tributaria de las personas propietarias de sociedades al momento de pagar el impuesto Global Complementario (GC). Hay propuestas que apuntan a que dichas tasas debieran aplicarse sobre las utilidades generadas (base devengada) en vez del sistema actual en que las tasas aplican sobre las utilidades retiradas. Por el importante aumento de recursos fiscales que supone el cambio a base devengada es posible que el tema se retome en el futuro. Resulta necesario evaluar rigurosamente si el actual esquema cumple su objetivo (estimular el ahorro y, así, la inversión y el crecimiento) a un costo razonable y los efectos de la propuesta alternativa.
Las rebajas de tasas del impuesto GC fueron superiores que lo propuesto inicialmente para los contribuyentes ubicados en los dos tramos inferiores de ingreso, menores para los tramos medios, mientras que la tasa del tramo máximo no cambió. Como el 82% de los contribuyentes de menores ingresos no paga impuesto a la renta, esta rebaja redistribuye ingresos del quintil de más altos ingresos. El número de beneficiados por la reforma es mayor entre personas de clase media, aunque los montos de las rebajas son mayores para los contribuyentes de altos ingresos. Para aumentar el poder redistributivo del impuesto a la renta es necesario aumentar la base imponible de las personas. Ello se puede conseguir por medio de una reducción de franquicias tributarias, y de mayores esfuerzos para evitar la elusión y la evasión en el actual esquema de retiro o a través de un cambio a base devengada.
Respecto al impuesto específico a las gasolinas y al petróleo diesel, se aprobó el mecanismo que baja el impuesto cuando aumenta mucho el precio de los combustibles y los sube cuando el valor cae para atenuar el impacto de las alzas de los precios de los combustibles. Como dicho precio exhibe alzas muy persistentes en él, es probable que el mecanismo se convierta en un subsidio de facto al consumo de gasolinas, produciendo menor recaudación fiscal y más contaminación. Es necesario avanzar hacia un impuesto que cobre por todos los costos que su consumo impone al resto de la sociedad.
