Alfredo Joignant, Jorge Correa Sutil y Carlos Vergara debatieron cuál es el estado actual de este sector político y las vías para remontar la difícil situación que enfrenta en un ciclo que el CEP está realizando sobre el tema.
En lo que claramente no hubo dos opiniones fue en la profundidad de la crisis que abate a la centroizquierda, la cual – dijeron los expositores- se hizo más evidente aún con la derrota del sector en la última elección presidencial. Jorge Correa Sutil, Carlos Vergara y Alfredo Joignant hicieron una disección del estado actual de ese sector y se aventuraron a predecir hacia dónde podría estar la salida en la primera sesión del ciclo «La centroizquierda en Chile», que organizó el Centro de Estudios Públicos (CEP) el pasado 27 de junio y moderó el subdirector del CEP, Lucas Sierra.
Carlos Vergara inició su exposición señalando que el gran problema de la centroizquierda es que no supo comprender los cambios que sus gobiernos habían producido en el país: «Siguió leyendo Chile en los códigos de hace 30 años» y añadió de que cara al futuro se requiere «generar una nueva relación entre mercado y Estado que es algo que está pendiente para dar seguridad a la clase media que emergió durante este periodo y cuyo principal temor es volver a ser pobre».
La presentación de Correa fue aún más lapidaria, pues señaló que la Concertación «murió de suicidio, precedido de una depresión reactiva, caracterizada por la pérdida de aplomo, de estima y autoestima y con verguenza de ser lo que era». Un proceso que se inició, segun él, en 2010 cuando empezaron a aparecer competidores como MEO en el 2010 y más recientemente, el Frente Amplio. Como resultado, advirtió, la clase política se hundió en la verguenza con los escándalos del financiamiento político y su relación con el electorado se fue haciendo cada vez más clientelar. «La Nueva Mayoría adoró a los jóvenes movimientos que despreciaban a la clase política y que se arrogaban una superioridad moral. La centroizquierda no fue capaz de confrontar a estos grupos pues nos dió verguenza decir que éramos defensores del mercado». Por lo mismo, dado este escenario pronosticó que «nos queda gobierno de derecha para rato», concluyó.
Alfredo Joignant, en tanto, coincidió con este pronóstico, pero en su presentación que titulo «El lío de las izquierdas», advirtió que la crisis que vive la centroizquierda local es parte de la crisis que vive este sector político en el mundo. «No es un fenómeno chileno sino general y es importante entender esto. Lo que se encuentra en juego hoy es una hegemonía de las izquierdas en plural. Es un momento tremendamente inquietante para todas las izquierdas socialdemócratas». agregó, afirmando que este proceso de recomposición va a ser muy lento, de modo que en Chile «me sorprendería que la próxima elección no la la gane la derecha».
En su análisis, afirmó que conviene mirar las estrategias de recomposición que han seguido las democracias europeas: “Una, competencia sin cooperación entre la izquierda clásica y la nueva izquierda; eso es España y Grecia. Dos, la izquierdización sin fractura de la socialdemocracia; eso es Corbyn y el laborismo británico. Tres, la izquierdización con fractura de la socialdemocracia; eso fue Francia. La elección de Macron constituyó algo parecido a la destrucción del PS francés y finalmente, la competencia cooperativa, que ha funcionado en Portugal, como una suerte de milagro”.
Para la salida de la crisis, Joignant dijo que en el caso de Chile «se da un problema adicional pues estamos en una etapa de recambio generacional y no veo ese recambio».
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