La Segunda, 8 de agosto de 2017
Opinión

La crisis de la Democracia Cristiana

Sylvia Eyzaguirre T..

«Si la coalición tuviera un candidato deizquierda potente con claras posibilidades detriunfo, ¿estaría la DC buscando suidentidad?».

«¿Qué le está ocurriendo a la Democracia Cristiana?». Es lo que seguramente muchas personas se preguntan. Como en plena adolescencia, la Democracia Cristiana busca su identidad. En este intento por volver a perfilarse como un partido de centro, lugar que abandonó durante este segundo gobierno de Bachelet, la DC decidió llevar su propio candidato presidencial y con ello romper con la Nueva Mayoría. Sin duda es una maniobra arriesgada, pero ante un inminente triunfo de Sebastián Piñera no es mucho lo que se pierde, menos aún cuando el candidato de la Nueva Mayoría es considerado, por quienes lo apoyan, como un castigo a ellos mismos.

¿Cómo se explica, entonces, que la DC haga una alianza política con dos partidos, como el MAS y la IC, que están más a la izquierda que el PS, el PPD y el PR? En reiteradas oportunidades han salido a la luz las diferencias irreconciliables entre el Partido Comunista y la Democracia Cristiana, diferencias que sin duda también existen con el MAS y el IC. ¿No sería más razonable hacer una alianza con Ciudadanos o con el PRO? ¿En qué mundo paralelo esta alianza tiene sentido?

Esto me lleva a pensar que tal vez no es tan cierto que la DC esté en una genuina búsqueda por su identidad. Tal vez esta repentina necesidad por recuperar el centro político, al igual que el pacto con el MAS y el IC, no son sino producto del oportunismo. La ruptura con la Nueva Mayoría coincide con un gobierno impopular, una coalición en decadencia, un candidato frívolo y un triunfo inminente de la oposición. Si este gobierno gozara de apoyo popular, o si la coalición tuviera un candidato de izquierda potente con claras posibilidades de triunfo, ¿estaría la DC buscando su identidad? No resulta fácil creer en este repentino rechazo a la Nueva Mayoría, cuando la agenda del gobierno se llevó adelante gracias al apoyo de los diputados y senadores DC. Si miramos las votaciones en el Congreso, cuesta distinguir un democratacristiano, incluso conservador, de un comunista.

La crisis de la DC hay que entenderla dentro de la crisis de la Nueva Mayoría. El Frente Amplio desafía a la Nueva Mayoría por la izquierda, mientras la derecha gana terreno en el centro. Desconcertada y sin discurso, la Nueva Mayoría va a tientas. Ante este vacío los adherentes reaccionan corriendo hacia el pasado, ya sea hacia una izquierda setentera o hacia el antiguo camino de la Concertación. Esta tensión que cruza a la NM es la misma que se observa al interior de la DC. La búsqueda por la identidad parece ser otra reacción desesperada por no morir en el intento. El hecho de llevar candidato presidencial, sin antes definir el rumbo a seguir, es otra muestra de improvisación. Cómo salir de la crisis no es tarea fácil, pero difícilmente a través de la puerta del pasado.