El Mostrador, 15 de junio de 2006.
Opinión

La temeraria visita de Salvador Valdés al seminario alternativo previsional

Salvador Valdés Prieto.

En una simpática exposición, el experto del CEP dijo »celebrar» que el think tank de Riesco »ya no mira a Cuba y ahora está mirando hacia Suecia o Francia». Invitado al seminario Por una Reforma Previsional Solidaria, convocado por el Cenda, el ingeniero de la UC desmenuzó la propuesta de ese centro y coincidió en potenciar el pilar solidario.

por Lino Solís de Ovando G.

Lo de este miércoles fue un acto temerario de Salvador Valdés. Tanto, que a cualquiera que hubiera entrado por descuido a la sala América de las Biblioteca Nacional, la mañana pasada, le podría haber parecido que el eximio economista, cual explorador extraviado, había terminado metiéndose en la propia boca del lobo.

Es que el seminario «Por una Reforma Previsional Solidaria», convocado por el Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (Cenda) -think tank de economistas de izquierda como Manuel Riesco y Hugo Fazio, nada cercanos ideológicamente a Valdés-, logró contar con la presencia del ocupado ingeniero de la Universidad Católica de Chile, una de las máximas voces en materia previsional del país, tal como lo resaltó el propio Riesco y Gonzalo Martner, éste último, economista y ex presidente del Partido Socialista.

La presencia de Valdés tampoco cuadraba con los primeros oradores del seminario, el ex ministro del Trabajo, Jorge Arrate, así como con el diputado Sergio Aguiló (presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social de la Cámara). Aunque para ser justos habría que decir que el economista suele ser resistido también por la Asociación de AFP, debido a sus estudios que destacan la preocupante falta de competencia al interior del mercado de las Administradoras de Fondos de Pensiones.

Entonces, en pleno territorio apache Salvador Valdés llegó con algo de atraso a la testera moderada por el abogado y académico de la Universidad Bolivariana, Manuel Jacques, y simplemente se apoderó de la atención de los concurrentes, con esa sonrisa irónica, algo sonrojada, que mira al cielo cuando menea reprobatoriamente la cabeza, como si estuviera diciendo ‘perdónalos, Señor, no saben lo que hacen‘.

Cuba no

El inicio de Valdés no fue menos provocador. Luego de la exposición de Martner, quien pidió ser presentado como académico de la Universidad de Santiago, el economista de la UC advirtió que su disertación consistiría en un análisis de la propuesta realizada por Cenda a la Comisión de Reforma Previsional, liderada por el ex director de Presupuesto, Mario Marcel. Una sorpresa que incluso divirtió al propio Riesco, ubicado al otro extremo de la mesa.

Pero el irónico comienzo no quedaría ahí, ya que a poco comenzar, y con el tono de una solemne confesión, Valdés destacó y dijo ‘‘celebrar‘‘ que con dicha propuesta, ‘‘Cenda ya no mira a Cuba y ahora está mirando hacia Suecia o Francia».

La propuesta a la que hace alusión Valdés fue presentada en La Moneda por Manuel Riesco, ex candidato a senador por Santiago Oriente, y quien ejerce actualmente como investigador de Cenda, centro de estudios que ha realizado asesorías para el Instituto Nacional Previsional (INP), un competidor de peso de las cuestionadas Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).

Dicha presentación se titula «Algunos principios básicos a considerar en el diseño del nuevo sistema Previsional Chileno», y concluye que »la reforma (de Bachelet) será más exitosa si se propone explícitamente reconocer y recoger lo mejor de lo logrado, en cada uno de los períodos por los cuales ha atravesado la evolución de nuestro sistema previsional, que acaba de cumplir 80 años». Es decir, un mix entre el actual sistema de capitalización individual, un aporte del Estado y el retomar en alguna medida el sistema de reparto de antaño. A juicio de Riesco, »la reforma previsional en curso, impulsada por el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, enfrenta el desafío de construir un sistema previsional moderno y duradero, que concite un alto nivel de consenso en la ciudadanía. Sin embargo, una primera condición mínima para ello es que se restituya a todos los chilenos derechos previsionales equivalentes, al menos, a aquellos que el sistema público aún otorga a tres de cada cuatro de adultos mayores. Luego, deberá proponerse mejorar gradualmente los derechos de todos. Estos beneficios, modestos como son, resultan muy superiores a los que perciben quiénes se ven obligados a jubilar por el sistema de AFP».

Elevar la jubilación gradualmente

«Me gustaría hacer un comentario sobre el diseño general. Yo creo que Cenda ha dado un paso muy importante. Yo los felicito. Por el enfoque de los pilares. Han reconocido en esta propuesta que los enfoques de los pilares del sistema de pensiones tienen fines diferentes. Yo, que lo miro desde afuera, digo Cenda ya no mira a Cuba», sentenció Valdés.

Sin embargo, más allá de las bromas, en la lectura general que hizo el economista de la propuesta de Cenda, Valdés extrañó de inmediato «la ausencia de una medida que están usando todos los países avanzados, Suecia, Ingletarra, Alemania, Estados Unidos, Japón, por decir algunos, que es elevar la edad de jubilación gradualmente, a medida que hay mejor salud, mejores expectativas».

«Otro aspecto cuestionable del diseño del pilar solidario y contributivo que plantea Cenda, es que el INP debería tener una gestión estatal y monopólica… Muy cuestionable. Además, se dice que tendría beneficios definidos por ley y no por contrato. ¿Cuál es la diferencia? Que cuando en la ley de pensiones hay una fórmula, esta puede ser cambiada cada vez que a los políticos les parezca necesario. Eso se llama riesgo político. Sin embargo, cuando los beneficios están definidos por contrato, ejemplo de eso son las rentas vitalicias, a usted si no le cumplen puede pedir la quiebra de la compañía, y acude a tribunales… Entonces, creo que Cenda no toma en cuenta ese riesgo político, que ha sido muy perjudicial en Europa», detalló Valdés.

Una cuarta característica del pilar solidario de Cenda, esta vez avalada por Valdés, es que remozaría la actual fórmula de beneficios, basada en los años trabajados. A juicio del centro de estudios, «se introduciría el concepto aplicado en el nuevo sistema sueco, de 1999. Y yo comparto que es mucho mejor la fórmula sueca, que es menos regresiva. La fórmula basada en los años de servicios toma en cuenta los últimos años. Entonces, a los que más ascienden les calculan la pensión de acuerdo a sus mejores años, a diferencia de los que no ascienden nunca, como secretarias, junior, etc., porque sus últimos tres años de sueldo son similares a lo que han ganado en 30 años hacia atras. Cuando los sindicatos suecos se dieron cuenta de esto, le dieron el vamos a lo que postula Cenda… Sin embargo, eso también tiene un costo. No hay que olvidar que van a haber cambios, y algunos van a mejorar bastante y otros van a empeorar. Con este sistema la gente del sector público va a tener una pensión bastante menor que el actual, que le da privilegios».

Este tipo de comentarios causó en la concurrencia incluso pifias y abucheos, ya que algunos de los asistentes decían ser afectados por el llamado ‘daño previsional‘ (deuda que mantiene el Estado con los empleados fiscales). Aunque el momento más encendido se sucedería en la ronda de preguntas, cuando un par de ancianos interrumpiría seguidamente a Valdés, quien con total soltura afirmaría, repetidamente, «¡no me interrumpa!».

En todo caso, el experto previsional afirmó a El Mostrador.cl, a la salida del evento, que lo sucedido era lo «previsible», como si ya estuviera acostumbrado a recibir, cada cierto tiempo, encontronazos por ser, simplemente, un experto en las AFP.