ellibero.cl, 23 de marzo de 2015
Opinión

La urgencia de una nueva carrera docente

Sylvia Eyzaguirre T..

Chile ha sido uno de los países que más ha mejorado la calidad de su educación escolar en los últimos 10 años. Según los últimos resultados de la prueba TERCE, que evalúa los conocimientos en lectura, matemáticas y ciencia de estudiantes latinoamericanos de tercero y sexto básico, nuestro país obtuvo el mejor desempeño en todas las áreas evaluadas y en todos los niveles, siendo el país que más mejoró su desempeño en matemáticas.

Estos resultados se condicen con los resultados en la prueba PISA, donde Chile obtiene el primer lugar entre los países latinoamericanos y muestra un avance significativo en la última década. Con todo, todavía tenemos un largo trecho por recorrer. Según la prueba PISA, uno de cada tres jóvenes de 15 años en nuestro país no cuenta con las habilidades mínimas para desenvolverse de forma efectiva en el mundo de hoy y lamentablemente la mayoría de estos jóvenes proviene de familias vulnerables. Este constituye nuestro principal desafío en educación, a saber, lograr un sistema de calidad donde todos puedan desarrollar sus talentos y la cuna no sea un factor determinante en las oportunidades futuras de las personas.

La evidencia indica que el factor al interior de la escuela que más incide en el aprendizaje de los niños son los profesores. Un buen profesor logra que sus alumnos avancen en un año lo equivalente a un año y medio con un profesor promedio, mientras que un mal profesor sólo logra que sus alumnos avancen la mitad que con un profesor regular.

Fuente: Sanders y Rivers

Si queremos mejorar las oportunidades de aprendizaje de nuestros niños, debemos abocarnos en primer lugar a mejorar la calidad de nuestros educadores y docentes. Actualmente, un tercio de los estudiantes que entraron a estudiar pedagogía no rindió la Prueba de Selección Universitaria (PSU) y si consideramos sólo a quienes rindieron la PSU el puntaje promedio fue de 489 puntos y el puntaje de corte promedio de 427 puntos. Esto nos sugiere que hoy las carreras de pedagogía están atrayendo principalmente a estudiantes que se encuentran en la distribución inferior de habilidades. Para revertir este fenómeno y lograr atraer a jóvenes talentosos y con vocación a la profesión docente, se requiere no sólo mejorar la selectividad a la entrada de la carrera, sino también mejorar significativamente la calidad de los programas de formación, así como también las actuales condiciones laborales.

Uno de los aspectos que influyen a la hora de elegir una profesión son las futuras remuneraciones. Las remuneraciones de los docentes están considerablemente por debajo del promedio de las remuneraciones de profesionales universitarios. Al primer año de egresado, un profesor gana en promedio 46 por ciento menos que el promedio de los profesionales universitarios y esta brecha va aumentando a medida que los profesionales adquieren mayor experiencia.

Fuente: Mi Futuro, 2014

Si atendemos a lo que sucede en el 25 por ciento de los profesionales mejores remunerados, observamos que la brecha en las remuneraciones entre los profesores y los otros profesionales se incrementa significativamente. Ello indica que, a diferencia de lo que ocurre en otras profesiones, la actual estructura salarial de los docentes es relativamente plana, aumentando principalmente por años de antigüedad y no por mérito, lo que es un desincentivo para jóvenes talentosos con vocación de profesor.

Es importante que la nueva carrera docente, junto con elevar los estándares para entrar a la profesión, mejore las condiciones laborales del ejercicio docente. La nueva carrera debería no sólo elevar las remuneraciones de los docentes, de manera de hacerlas competitivas con otras profesiones afines, sino también ofrecer un desarrollo profesional desafiante y atractivo, reconociendo el mérito, entregando oportunidades de mejoramiento continuo y también flexibilizando la salida de los docentes de bajo desempeño.

Por cierto, estos no son los únicos aspectos que debe abordar el próximo proyecto de ley de carrera docente, pero hay tres aspectos adicionales que considero importante enfatizar.

1. La nueva carrera profesional docente debe ser para todos los docentes y educadoras de párvulo del sector subvencionado por el Estado. El Estado tiene la obligación de velar por la calidad de la educación que ofrecen los establecimientos que reciben aportes del Estado, independientemente del tipo de sostenedor y cualquier tipo de discriminación arbitraria entre sostenedores perjudica finalmente a los niños.

2. Crear incentivos efectivos que permitan atraer profesores de excelente desempeño a los sectores más vulnerables. Uno de los principales desafíos es atacar la inequidad que produce la cuna, y para ello el Estado debe hacer un mayor esfuerzo en atraer profesores talentosos a los establecimientos con mayor concentración de niños vulnerables.

3. Entregar mayor autonomía a los directores de establecimientos, de manera que la nueva carrera esté en consonancia con las necesidades y desafíos de las comunidades locales. Es importante que la nueva carrera no responda únicamente al nivel central, sino que también se pueda adaptar a las necesidades de cada comunidad.