La Tercera, 30 de diciembre de 2014
Opinión

Lecciones de la PSU

Sylvia Eyzaguirre T..

Nuestro sistema de admisión a la universidad es un ejemplo de cómo se pueden hacer mal las cosas. Los tres instrumentos con que hoy cuenta el sistema tienen falencias. Las notas de enseñanza media, así como la fórmula del ranking, entregan considerablemente más puntajes a los alumnos de colegios particulares pagados que a los de establecimientos que reciben recursos del Estado. Estas falencias son de fácil corrección, estandarizando las notas y utilizando una fórmula de ranking que no discrimine entre establecimientos. Sorprende que todavía el Cruch no haga nada al respecto, así como el silencio de las federaciones estudiantiles.

Por otra parte, seguimos observando una enorme brecha en los resultados de la Prueba de Selección Universitaria (PSU) por tipo de establecimiento. La razón para cambiar la Prueba de Aptitud Académica (PAA) por la PSU fue precisamente reducir las brechas socioeconómicas; hoy, después de 10 años, vemos que el cambio no tuvo éxito y que todavía este instrumento discrimina a los estudiantes de liceos técnico profesionales.

Por último, es importante recordar que, si bien los instrumentos se pueden mejorar, éstos no pueden eliminar las enormes iniquidades que nuestro sistema escolar no logra revertir. Ante esta realidad, resulta incomprensible que el grueso de los recursos de la reforma tributaria se inviertan en educación superior y no en educación parvularia y escolar, que es donde tienen mayor retorno social.