Lucas Sierra plantea que superada la urgencia, a mediano y largo plazo, se debe comenzar a estudiar una reforma al sistema político para avanzar hacia un sistema semipresidencial, que evitaría situaciones como la que enfrenta el país.
Fue uno de los invitados a la jornada de diálogos a la que el Senado convocó el jueves pasado, junto a representantes de una serie de think tanks, para abordar la crisis que está afectando al país. Proceso que el abogado Lucas Sierra, ha seguido con atención, desde su estatus de académico.
Aunque, en esta conversación con Diario Financiero, advierte no tener una «varita mágica» para decir cómo se puede salir de esta crisis, sí analiza la actuación de la clase política.
Y en ese contexto advierte que los parlamentarios no pueden cometer el error del año 2011, en el marco del movimiento estudiantil que se produjo durante la primera administración del Presidente Sebastián Piñera, en que –a su juicio- no hizo más que «mirar para el lado».
-¿Cómo diría que está reaccionando el mundo político, en particular los parlamentarios, a esta crisis?
-El Congreso tiene que asumir su legitimidad y su autoridad como el foro pluralista de la democracia y atender todas las demandas que están circulando -muchas de ellas inorgánicas, difíciles de definir bien-, recoger esa voz y ese ruido ambiente y procesarlo.
El Congreso no debe volver a olvidar, como lo hizo el año 2011, que es el foro establecido y que tiene la representación final y definida de la ciudadanía en Chile.
No debe claudicar a su función de procesar los intereses dispersos en la sociedad, mediante los procedimientos y el rito establecido en la Constitución y en las leyes.
-¿La presión de la gente en la calle está haciendo actuar irreflexivamente a los parlamentarios? Se lo pregunto a raíz de las peticiones específicas que se les hace a ellos: rebaja de la dieta de parlamentarios y poner tope a la reelección.
-Lo que no puede hacer el Congreso ahora son dos cosas: uno, mirar para el lado. Lo segundo, es actuar irreflexivamente, contagiarse del carácter impulsivo de la calle. Estas medidas como rebajarse la dieta y establecer límites a la reelección o disminuir el número de parlamentarios puede ser, pero hay que pensarlo muy reflexivamente, dentro del sistema presidencialista de gobierno que tenemos.
Si esto va a significar una nueva disminución del poder relativo del Congreso frente al Presidente de la República, sería un gran error. Todas esas medidas son más simbólicas que reales y responden a una reacción pasional del momento.
Si esto va a significa una disminución de plata a los políticos, ¿se va a compensar con más plata para una mejor asesoría parlamentaria? Ese es el tipo de cuestiones que hay que pensar y eso no se puede pensar al calor de la barricada o del caceroleo.
Agenda expedita y razonable
-Todos coinciden en que se requiere mucho diálogo para resolver la crisis, pero ¿cómo se hace?
-Ya se dio un primer paso, que fue el primer encuentro entre las fuerzas de gobierno y oposición. Hay que analizar esta especie de agenda, en que uno podrá tener opiniones positivas, podrá tener algunas críticas, pero hay un punto para empezar a trabajar desde ya, porque una parte importante de eso requiere ley y ahí hay una salida. La otra posibilidad es tratar de recuperar el orden público de la manera más razonable posible y salir del estado de emergencia lo antes posible.
-¿Esta agenda que planteó el gobierno es el inicio para avanzar hacia cambios más estructurales?
-Es un punto de partida que tiene que ayudar a salir de la excepcionalidad que estamos viviendo hace más de una semana. Y una vez terminada la excepcionalidad hay que dedicar esfuerzos a procesar esta agenda de la manera más expedita y razonable posible.
El sistema político tiene que empezar a funcionar para determinar y decantar cuáles son las peticiones. Y ahí el papel principal lo tienen los partidos políticos, que tienen que empezar a asumir su rol y comenzar a producir conocimiento, procesar las demandas de la ciudadanía y volcarlas en el Congreso. Creo que en a mediano y largo plazo, se debe hacer una reforma al régimen político.
-¿En qué línea?
-Tenemos que avanzar hacia un sistema semipresidencial, para que no veamos de nuevo este problema que hay entre el Presidente, que tiene una mayoría obvia y, por otro lado, un Congreso atomizado, que no tiene mayoría o le cuesta mucho generar mayorías. Esto le está pasando ahora a Piñera, ocurrió en los gobiernos de la Concertación, salvo en el último gobierno de la expresidenta Bachelet, y puede volver a pasar.
-¿Cuánto perjudica el ambiente que el Presidente demore un cambio de gabinete que, al parecer, todos creen que es necesario?
-Ya tenemos una cierta agenda que requiere cambios legislativos y también cambios administrativos. Me parece que están dadas las condiciones de una cierta hoja de ruta; se necesita un equipo distinto que la lleve adelante y eso lo determinará el Presidente.