Diario Financiero, 5 de febrero de 2013
Opinión

Lucas Sierra: Las primarias no son la panacea, es como una aspirina para una enfermedad más grave

Lucas Sierra I..

El investigador está de acuerdo en fortalecer los partidos políticos y darles financiamiento público-privado permanente.

Por Claudia Betancourt M.

¿Las primarias legitiman a los candidatos, sean de la corriente que sea? ¿Los partidos políticos son la única vía para validar la vocación de servicio público? Son interrogantes muy vigentes y que hoy comienzan a dominar el debate de los intelectuales de diversas tendencias.

Lucas Sierra, coordinador académico del Centro de Estudios Públicos (CEP), intenta responderlas junto a Francisco Javier Díaz, investigador senior de la Corporación de Estudios para Latinoamérica (Cieplan) y ex miembro del segundo piso de la presidenta Michelle Bachelet. El libro de ambos, “Democracia con Partidos”, promete polémica y resistencia de parte de algunos sectores que se contraponen abiertamente a los principios que inspiran el texto.

En plenas movilizaciones sociales, hace más o menos dos años, “cuando la política salió a la calle” comenta Sierra, les surgió la necesidad de repensar la institucionalidad política. De allí este libro.

“Esa frase que encontramos en un cartel en alguna manifestación del año 2011: ‘El pueblo unido avanza sin partido’ es muy revelador, puede haberse creado la imagen que es posible una democracia llamada ciudadana, ese es un error conceptual; pero sobre todo un error político”, afirma Lucas Sierra en entrevista con DF.

– Ad portas de un proceso de primarias ¿qué postulan al respecto?

- Lo primero que decimos es que cualquier reforma a la ley de partidos políticos debe tener presente el contexto general en que se mueve la política, es decir, debe ser una reforma con un carácter sistémico. Respecto de las primarias, pensamos que suelen consolidar el ‘status quo’ dentro de los partidos o las tendencias dentro de los partidos. Por ejemplo, las primarias pueden ser algo que neutralice ese otro objetivo que es fomentar la participación y la dirección femenina en los partidos.

– ¿Cómo miran el proceso de primarias?

- Miramos con bastante escepticismo y con cierta distancia el proceso de primarias. En un contexto de partidos políticos como el que tenemos -con instituciones débiles-, fomentar primarias excesivamente implica establecer un mecanismo paralelo a la institucionalidad de los partidos que va a significar debilitar aún más su institucionalidad. Por eso nosotros decimos que hay que tener mucho cuidado con las primarias. Que no se prohiban, pero que no se fomenten a todo nivel. ¿Por qué? Una de las tareas principales de los partidos políticos es seleccionar a los candidatos a los cargos de elección popular.

– El problema es que los partidos y las Coaliciones no logran ponerse de acuerdo…

- Entonces como hay problemas en la institucionalidad de los partidos y no todos satisfacen las reglas de democracia interna como debiera ser, lo que hay hacer, más que obnubilarse con las primarias, es reforzar la institucionalidad democrática de los partidos y después se verá el tema. Si cada partido quiere y asume los costos de establecer primarias a nivel parlamentario vamos a llegar a nivel de concejales en algún minuto. Es cosa de los partidos pero que el Estado no se meta. ¿Cómo le vas a privar a los partidos la prerrogativa de nominar a sus candidatos? Lo que tienes que hacer es que esa nominación de candidatos esté sujeta a condiciones de democracia interna.

– Pero no se da…

- No se da. Pero las primarias no son la panacea, al contrario de lo que puede significar, las primarias son como una aspirina para una enfermedad más grave que a largo plazo puede ahondar más el problema en los partidos.

– En ese sentido, ¿la ex presidenta Michelle Bachelet o José Miguel Insulza deben someterse a un proceso de primarias?

- Es una decisión de los partidos, no tengo opinión, me parece que es parte de la lógica interna de los partidos y deben resolverlo. Lo que sí creo es que el esfuerzo en esta ley de primarias debería haberse dado primero en los partidos. El hecho que se haya establecido esta ley de primarias me parece un error.