La Segunda, 10 de enero de 2017
Opinión
Educación

¿Meritocracia o mera ilusión?

Sylvia Eyzaguirre T..

¿Por qué destruimos los pocos espacios de meritocracia y justicia social que son tan escasos en nuestro país? ¿Por qué es perverso seleccionar a jóvenes en función de sus méritos, si en principio todos tienen la posibilidad de quedar?

¿Existe la meritocracia o es sólo una mera ilusión? ¿Los resultados son fruto del esfuerzo y talento o exclusivamente del azar y nivel socioeconómico? Es ingenuo pensar que el azar, el capital cultural, el dinero no influyen en los logros y fracasos, pero ello no significa que el esfuerzo y el talento no jueguen un rol importante.

Uno de los argumentos para justificar el fin de la selección por mérito en los liceos es precisamente la creencia de que no existe tal mérito. Se dice: «Los buenos resultados de los liceos de excelencia no se deben al talento o esfuerzo de los jóvenes que ahí estudian, sino a causas externas como es el nivel socioeconómico de las familias de estos jóvenes. En estricto rigor, estos estudiantes no tienen ningún mérito, sino sólo la suerte de haber nacido en familias de un nivel socioeconómico alto». ¿Qué sentido puede tener seleccionar por mérito, si no existe el mérito? Por cierto, ninguna. En este caso la selección por «ilusión» aumentaría la sensación de injusticia que nos impone el azar.

A primera vista, los resultados de la PSU parecieran afirmar este argumento, pues el nivel socioeconómico explica un porcentaje alto de la distribución del puntaje. Pero no logra explicarlo por completo, porque hay un porcentaje no menor de alumnos vulnerables que obtiene puntajes extraordinarios y la mayoría de estos alumnos proviene de un liceo de excelencia. La evidencia empírica, y no una simple creencia, nos muestra sin ambigüedad que sí existe el mérito, que este no es una mera ilusión. El 18% de los alumnos seleccionados en la Universidad Católica y Universidad de Chile provino en 2016 de un liceo municipal; el 73% de estos estudiantes estudiaba en un Liceo de Excelencia Académica. Se argumenta que los liceos de excelencia seleccionan alumnos de nivel socioeconómico alto. Sin embargo, la realidad dice otra cosa. El 70% de estos estudiantes pertenece a una familia con un ingreso familiar inferior a 570 mil pesos mensuales. Los liceos de excelencia se sostienen sobre la idea del mérito y ellos son la evidencia más fehaciente de que dicho mérito existe. La escasa evidencia nacional señala que estos liceos mejoran las oportunidades de acceso a las universidades más selectivas del país a jóvenes de niveles socioeconómicos bajo y medio, de ahí el enorme esfuerzo de miles de jóvenes que con sacrificio recorren largas distancias para llegar todos los días a estos colegios.

¿Por qué destruimos los pocos espacios de meritocracia y justicia social que son tan escasos en nuestro país? ¿Por qué es perverso seleccionar a jóvenes en función de sus méritos, si en principio todos tienen la posibilidad de quedar? Con la eliminación de estos liceos se hace más factible que la meritocracia se vuelva una mera ilusión.