El consejero del CEP dice que en su primer año el gobierno ha ido perdiendo el impulso reformador, que la “Concertación con lo que está haciendo no debería dar paramás”, y que el gran drama de la Alianza es que en ella “no surgen caras nuevas”.
David Gallagher una vezmás decidió pasar sus vacaciones con un grupo de amigos peruanos. Con estos, entre los que se encuentra el escritor Mario Vargas Llosa, a quien conoció en 1967 cuando ambos vivían en Londres, arrendaron un crucero y se internaron por los ríos en la selva de ese país. Ahí descansó, leyó y aprovechó de conversar de las tensas relaciones vecinales. De vuelta en Chile en la víspera del pirmer aniversario del gobierno de Bachelet, este consejero del CEP y socio de Asset vuelve al ruedo para inmiscuirse en la coyuntura política.
Al principio usted decía que Bachelet era un enigma. Pero luego afirmó que la Presidenta le daba confianza y que podría hacer un buen gobierno. ¿Cambió de opinión?
No, no he cambiado de opinión. En el año que ha transcurrido se hicieron muchas cosas buenas. Se ha demostrado responsabilidad fiscal y se ha evitado la demagogia. Se anunciaron las 30 medidas para la probidad y se nombró una comisión de gente ejemplar.
Pero usted ha señalado que hay una agenda inconclusa.
Efectivamente, vamos a ver si el gobierno va a tener la energía para implementar todas estas medidas debidamente. Por ejemplo, que más puestos de confianza del Presidente pasen a llenarse por el sistema de la alta dirección pública es una medida urgente. Necesitamos un Estado ágil, profesional y no político. Necesitamos una persona que lidere en forma más enérgica estos temas.
¿Cree que la Presidenta carece de ese liderazgo?
Hay dos modelos de gobierno. Uno, el modelo como el de Ricardo Lagos en Chile o Bill Clinton en EEUU, donde el Presidente se mete en todo, y otro donde está más alejado de la primera línea, pero los ministros están absolutamente involucrados. El problema con este gobierno es que en algunos temas, como el medio ambiental, por ejemplo, no se está dando ninguno de los modelos… Nos estamos quedando atrás y se ha perdido el impulso reformador.
Hay un hecho objetivo: la economía mundial nunca ha estado mejor y, por lo mismo, no nos podemos dar el lujo de dejarnos estar. Y eso lo digo también para la oposición. La clase política está evitando proponer ideas por no asumir un costo en el corto plazo.
¿Cree que la Concertación está llegando a su etapa final?
Creo que sí. Recientemente viajé a Europa y estuve hablando con inversionistas y representantes de fondos internacionales y me di cuenta del tamaño de la caída de América Latina. El efecto Chávez se empieza a sentir en todas partes y nos estamos pareciendo, cada vezmás, al mundo de García Márquez. Además, hay muchos países emergentes en Europa Oriental y Asia que lo están haciendo fantástico. Ya no podemos decir que Chile es distinto de sus vecinos si crecemos al 4%.
Chile necesita alternancia en el poder. Necesita caras nuevas. La Concertación con lo que está haciendo no debería dar paramás. Si el gobierno no se organiza mejor, estamos en serios problemas, hay que tomar las riendas y darle un impulso.Hay mucha gente de la Concertación que piensa que está a la deriva.
El rol del CEP
¿Qué relación tiene el CEP con la Presidenta?
El CEP está preocupado de que se hagan las reformas que se anunciaron en el tema de la probidad. Con la Presidenta hay mucha disponibilidad de diálogo. Estamos dispuestos a ayudar al gobierno en lo que se pueda.
El CEP representa a los empresarios más poderosos de Chile y la visita de los presidentes es casi más importante que la que hacen a la Sofofa. ¿Son un think tank o un poder fáctico?
El CEP no representa a los hombres más poderosos de Chile. Su gracia es que es una institución que tiene un afán académico y jamás un donante la ha tratado de pautear.Adiferencia de la Sofofa, que representa a los industriales, el CEP no representa intereses sino que promueve buenas ideas. Siempre va a defender los principios de la economía de libre mercado y la democracia. Hay un grupo importante de intelectuales e investigadores que dirigen el CEP y los donantes, incluyendo a nuestro presidente Eliodoro Matte, han entendido que esa es la línea que hay que seguir.
Las veces en que alguien ha tratado de influir en una investigación del CEP simplemente no le ha resultado. Obviamente tenemos presiones, sobre todo con la encuesta, porque hay políticos que llaman para aparecer o quejarse de los resultados.
¿Tuvieron una relación más cercana con Lagos que con la Presidenta Bachelet?
Sí y no. Con Lagos logramos funcionar como un puente entre el Presidente socialista y los empresarios.
Shadow Cabinet
Usted ha criticado la labor de la Alianza y conoce la política británica. ¿Qué consejos le daría a la oposición para el “gabinete en el sombras” estilo inglés?
El shadow cabinet es algo diferente, pues funciona en un sistema parlamentario, donde gobierno y oposición se sientan frente a frente. En la primera fila del gobierno se sienta el gabinete y en la primera fila de la oposición se ubica el gabinete en la sombra. Cada uno tiene un papel asignado y remunerado.
¿No es adaptable a Chile?
No es una mala idea. La oposición tiene un problema que se nota cada vez que hay una encuesta: su gente no está muy bien evaluada. Por otro lado, no ha habido cambio en las caras de los voceros de la oposición desde el 89. Si existiera una persona que hablara sobre el mercado laboral, otra sobre la salud, otra sobre la justicia y se construyera un gabinete de ese tipo, la prensa les daría más importancia a esas personas. El drama de la Alianza es que no aparecen nuevos rostros. En la Concertación, por ejemplo, cada vez que asume un nuevo Presidente aparecen caras nuevas, como Eyzaguirre o Insulza. Sería muy bueno que la Alianza tuviera voceros para cada tema.
¿Qué le parece que Piñera haga transacciones bursátiles como la de Lan que investiga la SVS?
A Sebastián le iría mucho mejor si se dedicara 100%a la política. Si quiere ser el próximo Presidente tiene que hacer esa apuesta.
“El tema limítrofe debiera ir a La Haya”
Usted viene llegando de Perú y tiene muchos amigos en ese país, ¿qué lectura hace del último impasse?
El tema limítrofe debiera ser solucionado por la Corte de La Haya. Lo más sensato y visionario es que Chile y Perú tengan una alianza estratégica y creen una plataforma de América Latina hacia el Pacífico. Si Chile no quiere ser parte del modelo bolivariano debe asociarse con Perú.
¿Cómo ven los peruanos a sus socios chilenos?
En general la elite peruana es admiradora de Chile y se inclina a generar una alianza. Eso sí, están muy desilusionados con la constitución de la Región de Arica y Parinacota, pero no entienden mucho el tema. Hoy a los peruanos lo que más les preocupa es lo que ven como armamentismo chileno. No pueden entender que un porcentaje de las utilidades de una empresa cuprífera vaya directamente a la compra de equipos de las Fuerzas Armadas.