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Nueva constitución y mecanismos de democracia directa

Comunicaciones CEP.

Nueva constitución y mecanismos de democracia directa

Los mecanismos de democracia directa fueron analizados en el seminario organizado en conjunto con el Chicago Center on Democracy y el Center for Latin American Studies, ambos de la U. de Chicago.

“No existe una bala de plata para solucionar todos nuestros problemas de funcionamiento democrático”. Esa afirmación fue el punto de partida de la presentación que hizo David Altman, director y profesor del Instituto de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica de Chile y reconocido experto mundial en estas materias al intervenir en el seminario “Nueva Constitución y mecanismos de democracia directa”, que organizó el Centro de Estudios Públicos en conjunto con el Chicago Center on Democracy (CCD) y el Center for Latin American Studies, ambos de la Universidad de Chicago.

El director del CEP, Leonidas Montes explicó que este seminario busca contribuir a la discusión presentando las complejidades y matices respecto a los diferentes mecanismos, en especial ad portas del plebiscito del 25 de octubre, manifestando al mismo tiempo, su satisfacción por esta primera actividad organizada con los centros de estudios de la Universidad Chicago. Por su parte, la directora del CDD, Susan Stokes, añadió que esperaba que fuese la primera de muchas actividades realizadas en conjunto.

El profesor Altman describió los principales desafíos que enfrentan las democracias representativas. “Se podrían reducir en tres grandes grupos: una alta desafección a la política, un descreimiento del funcionamiento democrático general, inclusive lo estamos viviendo en Chile, y una suerte de animosidad con todo el enramado republicano”. Lo cual, añadió, se hace más complejo en un momento donde vemos que la democracia no solamente sufre con estos problemas de funcionamiento, si no, que está directamente atacada por algunos líderes.

Dado este contexto, dijo “muchas voces argumentan que debemos devolverle a la ciudadanía las capacidades de control y decisión en última instancia el rol protagónico que debería tener”. A este respecto afirmó que “la democracia directa tiene muchas caras, pero hay muchos mitos que la rodean. Para algunos, es la salvación virtualmente, a todos los problemas que afectan la vida política y pública. Cuanto, para otros, es un camino que va derecho a la demagogia, al populismo, a la aniquilación del gobierno representativo”.

A su juicio, cuando se realiza un voto popular, universal y directo, en última instancia significa que ya en sí mismo, el consenso y la negociación política de los acuerdos ha fracasado, señalando que “los mecanismos de la democracia directa en las manos de los ciudadanos sirve como una herramienta de sincronización entre las elites políticas y la ciudadanía”. De esta forma, explicó, se descomprime la presión política, ya que se canalizan las demandas, y en cierto sentido se moldea el conflicto político y social, al tiempo que se estimulan las negociaciones preventivas para evitar costosas derrotas electorales.

La directora del CDD, Susan Stokes, quien tiene la categoría de Tiffany Margaret Blake Distinguished Service Professor, inició su exposición preguntándose “¿por qué si las instituciones están para resolver los problemas, seguimos teniendo que buscar mecanismos de democracia directa?”. Su respuesta es que hay varios motivos por los que los gobiernos deciden acercarse a las personas. “La voz del pueblo da una cierta legitimidad a las decisiones del gobierno. Por eso, usan a la gente para envolver esas decisiones con la legitimidad de un voto popular. Otra razón por la que recurren a los referéndums es porque es una forma de hacer que la gente vote. «Lo que nos importa en este contexto y nos interesa saber dado el contexto chileno, es cómo el aspecto legítimo de un referéndum es usado para maximizar y evitar cierto fracaso donde se deslegitimize el proceso», añadió.

Respecto a la metodología misma del proceso, la académica afirmó, lo que hay que hacer es asegurarse de que la pregunta sea suficientemente específica y simple, para no complejizar y poder interpretar realmente bien la decisión. “Lo otro importante es que la gente vote por lo que se pregunta. Es decir, si es para cambiar la constitución que la gente no vote porque no le gusta el gobierno, por ejemplo”. De ahí, que mientras más informado esté el votante del tema central del referéndum, la elección es más significativa y tiene mayor sentido.  Concluyó afirmando que un referéndum tiene la capacidad de ser una salida más institucional para quizás calmar o dar una posibilidad de resolver una situación muy polarizada como lo muestra el caso de Chile.

Este encuentro fue moderado por la investigadora del CEP, Carmen Le Foulon.