El Mercurio, lunes 15 de agosto de 2005.
Opinión

Panóptico

Lucas Sierra I..

¿El sueño de Benthamo la pesadilla de Orwell?

Entre las muchas cosas impresionantes de los atentados en Londres, las imágenes captadas por cámaras de vigilancia llaman especialmente la atención.

Una muestra a los que se detonaron el 7 de julio. Aparecen entrando a una estación de tren, camino a Londres. Todo se ve normal. Es temprano, y en el suelo hay rastros de alguna lluvia nocturna, en un país en el que la lluvia nunca abandona, ni siquiera en verano. Los cuatro se ven comunes y corrientes. Visten parkas, zapatillas y llevan mochilas, como suelen hacerlo los pasajeros de un tren. Su actitud también parece normal: nada en ellos anticipa el infierno. Después son captados en el metro, tras haberse separado.

21 de julio, otra alarma. Cuatro atentados que se habrían frustrado. De nuevo, imágenes de los sospechosos en cámaras de vigilancia. Uno aparece en el segundo piso de un bus, los otros en el metro. Uno, con una chaqueta que dice «New York», corre por un pasillo. Hoy están detenidos.

Impresiona ver a los asesinos suicidas, a los matarifes al por mayor, cuando ya han puesto manos a la obra. Es una sensación inquietante, mezcla de cercanía, por su aspecto tan común, y de insondable lejanía, por lo que debe mover sus voluntades.

Impresiona también la visibilidad de los espacios públicos ingleses. Un sinnúmero de cámaras están diseminadas y vigiladas por la autoridad. Ellas permitieron la identificación de los sospechosos y el avance de la investigación. Tal ojo omnipresente parece ser un asunto muy inglés.

A fines del siglo 18, Jeremy Bentham escribió el «Panóptico» (el que ve todo): un diseño arquitectónico para una cárcel eficiente, pues permitía a un guardia vigilar a todos los presos, siempre expuestos a su vista. A mediados del siglo 20, el sueño utilitarista de Bentham se transformó en la pesadilla de otro inglés: George Orwell. En su libro «1984» figura el «Gran Hermano», un poder central sabelotodo. Algo similar pasa en la película «Brazil», dirigida por Terry Gilliam, un norteamericano que filmó en Inglaterra.

Tras los ataques, el panóptico londinense se ha revelado un poco más cerca del sueño de Bentham que de la pesadilla de Orwell. Las cámaras están en espacios indiscutiblemente públicos, como las calles y el transporte, donde no es posible abrigar una expectativa razonable de privacidad. No están en espacios que, siendo privados, están abiertos al público, como restaurantes y bares, donde sí es posible abrigarla. Y menos en aquellos puramente privados, como casas y oficinas.

En Chile, un panóptico constreñido al espacio público es una alternativa a considerar frente a la demanda -muchas veces paranoica- por seguridad.