La Tercera, domingo 8 de enero de 2006.
Opinión

PGB chileno: rompiendo récords de papel

Alexander Galetovic.

Tal parece que la economía chilena no se cansa de romper récords. Hace un par de semanas El Mercurio informó que el PGB alcanzaría los US$ 112 mil millones; ahora seríamos la cuarta o quinta economía más grande de América Latina. Y el lunes pasado La Tercera informó en su titular que desde 1993 el PGB por habitante se había duplicado, alcanzando los US$ 7.000 en 2005. Si seguimos creciendo como este año, continuaba la noticia, en 12 años más seremos como Portugal, el más modesto de los países desarrollados. Todo esto es fantástico y sería para estar eufórico si no fuera por dos detalles. Uno es que el aumento del PGB en dólares que citan los diarios exagera mucho el aumento de la producción. El otro es que, al paso que vamos, llegaremos a ser «como Portugal» en más o menos 30 años, no en 12.

Partamos por lo básico. Cada año el Banco Central multiplica las cantidades de cada bien y servicio producidas en Chile por sus respectivos precios de mercado y luego suma. El resultado de este esfuerzo monumental es el Producto Geográfico Bruto, o PGB. Si se le divide por el número de habitantes, se obtiene el PGB per cápita.

¿Cuál es la finalidad de este ejercicio? Se trata, en último término, de medir el número de unidades producidas. Pero como no se pueden sumar peras y manzanas, es inevitable medir la producción en pesos. Y aquí aparecen dos problemas. Uno es que el valor de un peso cae todos los años. Para solucionarlo y evitar que la inflación nos engañe, el Banco Central calcula el PGB real, valorando la producción de cada año a los precios de un solo año base (en la actualidad, 1996). Así se obtiene una medida fidedigna del aumento de la producción de un año a otro.

El segundo problema es que para comparar nuestro PGB con el de otros países no basta con dividirlo por el tipo de cambio. También hay que hacerse cargo de que el valor del dólar fluctúa mucho y que no todo vale igual en todas partes -los precios relativos son distintos-. Por ejemplo, los cortes de pelo cuestan menos en Chile que en Holanda. Por eso, aunque el número de cortes de pelo producidos no debe ser muy distinto (hay similar número de holandeses y chilenos), cuando se computa su valor pareciera que Holanda produce muchos más, simplemente porque allá son más caros. Esta vez la solución consiste en valorar los PGB de todos los países a los precios promedio prevalecientes en el mundo de un mismo año (las así llamadas unidades internacionales). El resultado es el PGB a paridad de poder de compra o PPC. Así, cuando se calcula el PGB per cápita en dólares corrientes, este año se llega a más o menos US$ 7.000. En PPC, por contraste, son alrededor de US$ 10.500.

Cada una de estas medidas tiene su utilidad, pero hay múltiples oportunidades para usarlas mal y equivocarse. Un error básico es evaluar el rendimiento de la economía con el PGB en dólares. Por ejemplo, según El Mercurio entre 2003 y 2005 el PGB aumentó cerca de 53% (desde US$ 73 mil millones hasta US$ 112 mil millones). ¿Acaso la producción aumentó tanto en apenas dos años? ¡Por supuesto que no! El récord de PGB que señalaba El Mercurio es espurio, porque se debe únicamente a que, por la caída libre del dólar, un peso vale más. Y también lo es la mentada duplicación del PGB per cápita en 12 años de la que hablaba La Tercera. Si el encargado del titular hubiera hecho el cálculo hace apenas dos años, habría concluido que entre 1993 y 2003 el PGB per cápita había crecido desde US$ 3.500 hasta algo así como US$ 4.500, apenas 29%.

La otra falacia consiste en afirmar que para ser desarrollados faltan apenas 12 años. A esta conclusión se suele llegar comparando US$ 10.500 de PGB per cápita en PPC con los US$ 16.500 de Portugal, para luego proyectar con la tasa de crecimiento reciente del PGB real en pesos (6% PGB, 4,7% per cápita). El error consiste en mezclar niveles en PPC con tasas reales en pesos. Si uno quiere ocupar la tasa en pesos también hay que usar el PGB per cápita real en pesos. Alternativamente, si se quiere usar el nivel en PPC, habría que usar una tasa de crecimiento en PPC, la que, todo lo demás constante, es siempre bastante más baja (1). Una vez corregido ese error el panorama no se ve tan próspero. En efecto, durante el gobierno del Presidente Lagos el PGB creció en promedio 4,4%; el per cápita, sólo 3,1%. A ese ritmo, llegar al nivel de Portugal hoy tomaría alrededor de 30 años.

Es un hecho que el nivel de vida de hoy, si bien aún modesto, es el más alto de nuestra historia. También es cierto que durante los últimos 20 años la disponibilidad de bienes y servicios, grosso modo, se duplicó y la pobreza se redujo a menos de la mitad. Por eso hay mucho que celebrar. Pero muy distinto es mezclar las cifras para descubrir aumentos de producción que no existen o crecimientos acelerados que nunca ocurrieron. Si usted quiere una estimación razonable de cómo va aumentando año a año la cantidad de bienes y servicios que se producen en Chile, o bien estimar cuánto nos falta para ser desarrollados, la regla de oro es ésta: siga el PGB real en pesos que calcula todos los años el Banco Central.

(1) La demostración está en, «Differences in Relative Prices and International Differences in Growth Rates», por Daniel Nuxoll, American Economic Review, vol. 84, diciembre de 1994, pp. 1423-1436.