Los gobiernos deben lidiar con las presiones de los distintos grupos de interés, y los niños más pequeños no ejercen presión alguna.
La evidencia científica nos muestra que ya a los 18 meses de vida se observan diferencias abrumadoras en el nivel de desarrollo del lenguaje entre niños de diferentes niveles socioeconómicos. La evidencia internacional acumulada es contundente sobre la importancia que tienen los primeros años de vida para el desarrollo integral y bienestar futuro de un ser humano. Durante esta etapa, los niños desarrollan habilidades físicas, cognitivas, sociales y emocionales que son el fundamento para su desarrollo posterior. Factores ambientales influyen en el desarrollo de los niños durante la infancia. Experiencias negativas, como, por ejemplo, el estrés, la violencia, carencias afectivas, desnutrición, etc., pueden tener consecuencias perjudiciales para el desarrollo físico y mental de un niño, además de afectar su comportamiento y aprendizaje. Por el contrario, un vínculo estrecho y seguro con los padres, así como un ambiente sano y pacífico, tiene consecuencias positivas para el desarrollo del sistema nervioso.
Entre los expertos existe amplio consenso en la relevancia de promover un desarrollo infantil sano. Las inversiones en esta etapa de la vida son beneficiosas para todos los niños, pues traen mayor beneficio social e individual que inversiones en etapas posteriores, pero además es justa, pues los niños de familias con escasos recursos son las más beneficiadas.
Cabe entonces preguntarse, ¿por qué algo que parece de Perogrullo es tan ignorado por los gobiernos de turno? Inevitablemente, los gobiernos deben lidiar con las presiones de los distintos grupos de interés, y es evidente que los niños más pequeños no ejercen presión alguna. De ahí la importancia de generar conciencia en la ciudadanía sobre las áreas que, siendo prioritarias, son ignoradas sucesivamente por su bajo retorno electoral y político.
Ad portas de un año electoral, sería importante para el país que las distintas propuestas de gobierno tuvieran como uno de sus focos la primera infancia. Urge perfeccionar el programa Chile Crece Contigo para que efectivamente se acompañe, proteja y apoye a todos los niños, especialmente a quienes están en riesgo social. Se requiere un diseño institucional más robusto, que permita articular a las distintas instituciones, definiendo claramente sus funciones y responsabilidades, reunir y sistematizar la información disgregada en los ministerios y las municipalidades, y utilizarla de forma efectiva para intervenir cuando sea necesario. Además, se deben mejorar los servicios y acciones que entrega el programa. Hoy el foco está puesto en la distribución de materiales para las madres y no en visitas de especialistas que se preocupen de los niños que muestran atrasos en su desarrollo o en la entrega de información y capacitación a las madres para el buen cuidado de sus hijos.