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Opinión
Pobreza y desigualdad

¿Quién mató a Baltazar?

Sylvia Eyzaguirre T..

¿Quién mató a Baltazar?

Las personas que viven en barrios tomados por los narcos juegan a la ruleta rusa todos los días; esta semana le tocó a Baltazar. ¿Quién será el próximo?

Baltazar, de nueve meses, dormía en su casa cuando recibió una bala “loca” en el cráneo. ¿De dónde salió esa bala? Probablemente del arma de algún narcotraficante. La bala viajó un kilómetro antes de entrar por el techo para terminar en la cabeza de Baltazar. ¡Cómo tanta mala suerte!, pensará más de uno. Si esta fuese la única bala loca, sería mala suerte, pero ¿cuántas balas locas se dispararon en La Pintana antes de que mataran a alguien? Probablemente miles. Las personas que viven en barrios tomados por los narcos juegan a la ruleta rusa todos los días; esta semana le tocó a Baltazar. ¿Quién será el próximo?

En el marco de un proyecto sobre deserción escolar, me tocó visitar escuelas ubicadas en barrios dominados por el narco. Los directores cuentan que aquí las balaceras son habituales. Damos una vuelta por el barrio y me muestran las casas de los narcotraficantes, “todos saben dónde viven y quiénes son”. La cruda realidad que se vive en estas escuelas está invisibilizada. Directores y docentes luchan a diario sin muchas herramientas por retener a sus estudiantes dentro de la escuela y fuera del narcotráfico y la prostitución. “Pero es difícil. Los narcos reclutan a menores, cada vez más chicos, porque así no son imputables. Los niños son expuestos al peligro, pero consiguen dinero fácil y prestigio, algo que nosotros no podemos darles. Las niñas de padres drogadictos son muchas veces obligadas a prostituirse para traer dinero a la casa, en esa esquina están”.

¿Cómo vamos a erradicar el narcotráfico si ni siquiera somos capaces de erradicar la prostitución infantil que opera a vista y paciencia de nuestras autoridades? ¿Qué oportunidades educativas estamos ofreciendo a los más de 100 mil niños que se encuentran excluidos del sistema escolar? En La Pintana, Puente Alto y San Bernardo me cuentan que el Estado prácticamente no existe para estos niños. La lucha contra el narcotráfico la estamos perdiendo y no es evidente que más policías traiga mayor paz. En México, entre 2006 y 2018 han sido asesinadas más de 250 mil personas a causa del narcotráfico; en Colombia, solo en el 2018 murieron más de 3.500 personas por el narco. Según el informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (2017), el narcotráfico es responsable del 19% de los homicidios en el mundo, causando más muertes que los conflictos armados y el terrorismo.

El narcotráfico es consecuencia de la no legalización de las drogas. ¿Ha valido la pena? Difícil responder esta pregunta, pero las estadísticas nos dicen que el consumo de drogas ilegales en el mundo ha aumentado al igual que la pureza de las drogas, mientras su precio ha disminuido. En los últimos 10 años el precio de los opioides disminuyó en 74% y la cocaína en 51%. En Chile la situación es dramática. Según el 12° Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar, los escolares chilenos presentan los índices de consumo de marihuana y cocaína más altos del continente. Uno de cada tres jóvenes entre 13 y 17 años consumió marihuana en 2017. ¿Sorprendente? No mucho, el acceso a las drogas en Chile es tan fácil que lo sorprendente es que su tráfico sea ilegal.

El principal argumento para no legalizar las drogas es el eventual aumento en el consumo. Pero, ¿causaría más daño que el narcotráfico? Mientras las drogas sean ilegales, seguirá existiendo narcotráfico y con él víctimas como Baltazar. ¿Quién mató a Baltazar? ¿El narcotráfico, los consumidores de drogas ilegales, los que no permiten legalizar las drogas? A estas alturas no me queda tan claro.