Los hospitales dependen del Ministerio de Salud (Minsal), lo que redunda en que el cargo de director es político y en que hay pocas evaluaciones e información sobre su desempeño, debido al evidente conflicto de intereses del Minsal.
La deuda hospitalaria hace noticia nuevamente, pero ello no sorprende a los conocedores del funcionamiento del sector, dado que hasta ahora las causas de fondo no han sido abordadas, a pesar de la contundente evidencia y acuerdo entre políticos y técnicos de diversas miradas.
Los hospitales dependen del Ministerio de Salud (Minsal), lo que redunda en que el cargo de director es político y en que hay pocas evaluaciones e información sobre su desempeño, debido al evidente conflicto de intereses del Minsal.
Asimismo, las atribuciones y responsabilidades de los directores son bajas, lo que impide una adecuada gestión de sus recintos. ¿Quién se responsabilizaría por los resultados de una entidad donde no puede decidir sobre el contrato y remuneración del personal o cuánto cobrar por sus servicios? Además, el financiamiento es inadecuado porque no se asocia a su labor, desempeño, ni reales costos, ni hay certidumbre de su monto (retrasando pagos a proveedores y empeorando condiciones de los contratos). Si bien por ley es Fonasa el responsable de su financiamiento, en la práctica, los métodos de pago y montos deben ser aprobados por el Ministerio de Hacienda.
Las dificultades que ello implica se reflejan en que al menos tres gobiernos han intentado sin éxito comenzar a pagarles mediante Grupos Relacionados de Diagnóstico.
Parte del problema tiene que ver con mejorar la gestión y, en ese sentido, el uso de un esquema de evaluación con metas y consecuencias para directores puede ser un avance, pero no es suficiente. Las propuestas para salir de este problema apuntan a despolitizar una actividad que debe ser técnica (prestar servicios de salud), mediante la separación de la administración de los hospitales de la labor del Minsal, y a la entrega de mayores atribuciones y responsabilidades a quienes estén a cargo de los hospitales. Ello requiere acuerdos importantes y una mirada de largo plazo de las autoridades involucradas.
