¿Tienen razón el Presidente Piñera y los diputados Boric y Jackson cuando argumentan que estos sueldos son muy elevados?
Durante los últimos días se ha producido una controversia en relación con los salarios de los miembros del Congreso. ¿Tienen razón el Presidente Piñera y los diputados Boric y Jackson cuando argumentan que estos sueldos son muy elevados? En Chile, los miembros del Congreso ganan 9,3 millones de pesos brutos por mes (en lo que sigue, todas las comparaciones serán de salarios brutos, ya que es la forma en que se consideran estos ingresos en prácticamente todo el mundo).
Una manera de enfrentar esta pregunta es por medio de comparaciones internacionales, debidamente ajustadas por la realidad socioeconómica de cada país. Cuando esto se hace, los salarios de nuestros miembros del Parlamento aparecen muy altos.
Tómese, por ejemplo, el caso de los Estados Unidos, donde los miembros del Congreso (Cámara y Senado) ganan 174.000 dólares brutos por año. El PIB per cápita de Chile es 41% del de Estados Unidos (en PPP). Esto significa que para estar equiparado a los EE.UU., el salario de los miembros del Congreso chileno debiera ser 3,8 millones de pesos brutos por mes.
Si, alternativamente, usamos el salario mínimo en Chile y Estados Unidos como punto de comparación, el sueldo de los miembros del Congreso de Chile, para ser equivalente al de los Estados Unidos, debiera ser de 4,5 millones de pesos brutos por mes.
Si usamos la misma metodología de «múltiplos», y consideramos a Nueva Zelandia como punto de comparación, los miembros del Parlamento en Chile debieran tener un salario bruto de 3,6 millones de pesos por mes (en Nueva Zelandia, los miembros del Congreso ganan 113.000 dólares americanos, brutos, por año. El ingreso per cápita de Chile es 60% del de ese país oceánico).
Lo anterior no tiene como objeto hacer una aseveración de carácter moral o ético. Su único propósito es entregar datos que permitan llevar a cabo esta conversación en forma informada. Y estas comparaciones sugieren que los sueldos de nuestros miembros del Parlamento son más del doble del equivalente de estos dos países, con los que solemos compararnos.