La encuesta del CEP de junio pasado llevaba 10 preguntas sobre los atributos de los candidatos. Atributos como si el candidato inspira confianza, si está preparado para ser presidente, si es cercano o simpático o sincero, si es capaz de resistir presiones, o de unir al país, o de solucionar los problemas de la gente.
Las diferenciadas respuestas de los encuestados mostraron dos cosas interesantes. Primero, que los votantes realmente analizan a los candidatos. Segundo, que si bien Piñera y Lagos eran de lejos los mejor evaluados, Frei estaba mucho mejor que Insulza y Alvear. Por eso escribí entonces que la encuesta era «un éxito para Frei, un fracaso para Insulza y una catástrofe para Alvear», y que Frei se erguía «como una muy plausible alternativa presidencial para la Concertación».
En la encuesta del CEP de esta semana, Frei se consolidó. En nueve de los 10 atributos medidos, Piñera sale en un cómodo primer lugar, pero Frei gana en uno -la gente lo ve más sincero- y supera a Lagos, o empata con él, en cinco. A Insulza lo supera en los 10. En general, Insulza queda muy disminuido. Un prohibitivo 56 por ciento dice que tiene decidido no votar por él, contra un ya alto 46 por ciento de Frei y un bajo 34 por ciento de Piñera. Finalmente, medido contra Piñera, a Frei le va mucho mejor que a Insulza. Frei aparece, entonces, como el mejor candidato de la Concertación.
¿Y Lagos? Él se bajó cuando el trabajo de campo ya estaba hecho en un 82 por ciento. La bajada fue juiciosa, porque la popularidad de Lagos estaba declinando. Su gobierno fue uno de los más importantes de nuestra historia porque, como Felipe González, mostró que un gobierno de izquierda puede ser moderno, racional, creativo y eficiente. Por eso el sexenio de Lagos será un referente inspirador para futuras generaciones. Mucho mejor que quede así, intacto, sin el riesgo de ser empañado por una Concertación desordenada y díscola, que ya no dejaría gobernar bien a Lagos.
La encuesta del CEP demuestra que Chile quiere cambios y que va a ser muy difícil que un candidato de la Concertación le gane a Piñera. Él incluso podría ganar en primera vuelta. Si se elimina el 11 por ciento que prefiere abstenerse o anular su voto, el 40 por ciento que tiene Piñera en primera vuelta, contra un 29 por ciento de Frei, sube al 45 por ciento. De allí, para llegar al 50, le bastaría recibir los votos de menos de la mitad del 11 por ciento que no dice por quién va a votar. Esta ventaja de Piñera tiene fundamentos muy sólidos, porque él no sólo gana en atributos. En otra pregunta, en que se mide capacidad para enfrentar problemas específicos, como salud, inflación, transporte, educación o desempleo, Piñera se impone sobre los demás candidatos en forma más contundente aún.
El CEP analizó el 18 por ciento que fue encuestado después de la bajada de Lagos. Allí sube el voto de Frei y baja el de Piñera. Sin embargo, el margen de error para este subconjunto chico sube al doble. Por otro lado, había un 48 por ciento que estaba decidido a no votar por Lagos. Piñera era, tal vez, visto por ellos como un muro de contención contra él. Por último, Frei está en plena luna de miel con el electorado. Su gobierno, que cerró con bajísimo nivel de aprobación, será ahora sometido a más escrutinio, como lo fue el de Lagos.
Una última observación. La encuesta demuestra que a Piñera le va mucho mejor aun entre los no inscritos. Qué pena que la Alianza no esté en una cruzada a favor de la inscripción automática. En vez de eso, prioriza la vergonzosa propuesta de algunos de sus parlamentarios, de que se les permita a ellos también ser ministros.