¿Qué pensaría usted de una reforma que permitiera votar en un papel con color y textura elegidos por el votante; es decir, en un papel marcado?
El voto secreto tiene cuatro grandes virtudes: primero, impide la compra de votos (cohecho), pues nadie pagaría un voto si no puede verificar la preferencia. Segundo, protege la libertad del político frente a caciques y grupos capaces de comprar o forzar a un número grande de votantes a votar en la dirección ordenada por ellos. Cuando los bloques de votos provistos por algunos caciques pueden desequilibrar una elección, el político que cede a sus exigencias legislativas y regulatorias tiene más chance de ganar, pero pierde autonomía en sus funciones. Tercero, el voto secreto niega al cliente grande (MOP, municipio, empleador) que amenaza con quitar contratos o despedir a quien vote por candidatos rivales la información que necesita para llevar a cabo su amenaza. Cuarto, impide que el comando del candidato que lidera las encuestas amenace con crear una lista negra integrada por quienes voten por sus rivales.
¿Parece conocido? En efecto, los países que no cuentan con un sistema de voto secreto sólo obtienen populismo, cohecho y rendición de los políticos a los intereses corporativos, en vez de políticas públicas que favorezcan el interés general.
El voto marcado es un voto que parece secreto, pero no lo es, porque el votante puede revelar la preferencia al candidato en forma creíble, a bajo costo, y en privado, sin que la ciudadanía pueda conocer esa información. El voto marcado blanquea la corrupción y la extorsión, empeorando las cosas al hacer creer a algunos, durante un tiempo, que hay secreto donde no lo hay. Una de las ideas matrices detrás de la ley 19.884 sobre financiamiento electoral fue extender el secreto del voto a las donaciones de dinero para campañas, y para eso creó la vía reservada. Como la donación anónima es equivalente al voto marcado, fue restringida y desfavorecida, aunque tolerada.
Ha entrado al Congreso un proyecto de ley que dice perfeccionar la ley 19.884. ¿Qué pensaría usted de una reforma que permitiera votar en un papel con color y textura elegidos por el votante; es decir, en un papel marcado? Lo mismo que corresponde pensar del Nº 16 de ese proyecto, que elimina la entrega en fracciones aleatorias de las donaciones reservadas. En efecto, si una empresa quiere comprarse a un candidato en privado, ahora podría aportarle una cifra no redonda, por ejemplo $30.004.006, y comunicar en privado al candidato que recibirá esa cifra en los próximos días. La entrega inmediata y total permite al donante «marcar» su aporte reservado con dígitos privados. Esto permitiría a esa empresa cobrar favores legislativos al político, quien perdería la autonomía de sus funciones.
Esta reforma tiene apariencia técnica, pero es fundamental: destruye el aporte reservado al transformarlo en anónimo. A diferencia del aporte anónimo, el nuevo aporte «marcado» podrá ser superior a 20 UF, no estará sujeto a un tope de 20% del límite de gasto, y recibirá ventaja tributaria. A diferencia del aporte negro o ilegal, el nuevo aporte reservado marcado gozará de legalidad y de ventaja tributaria de 17%.
La entrega en fracciones aleatorias de los aportes reservados no creó problemas operativos en la campaña municipal 2004. Sin embargo, ese sistema no alcanzó a proteger la reserva para aquellos candidatos que recibieron sólo uno o dos aportes reservados en toda la campaña. En ese caso,
una simple suma de las entregas fraccionadas permite reconstruir la cifra comunicada en privado por el donante. Para preservar la reserva, habría que traspasar la fracción pendiente inferior a 50 mil pesos, por ejemplo, al partido del candidato. La discrepancia de cifras protegería la reserva. Para los candidatos independientes, que no tienen partido, se propone lo siguiente: la fracción pendiente de pagar, que sea inferior a 50 mil pesos, sería traspasada a un fondo común de los candidatos independientes (una cuenta del Servicio Electoral). En la última semana de la campaña, este fondo común sería distribuido entre los candidatos independientes, a prorrata de las donaciones reservadas totales destinadas a cada uno de ellos.
Este manifiesto error del proyecto debería ser solucionado por el Congreso.