La Segunda, 15 de mayo de 2013
Opinión

Al ardor de la política

Leonidas Montes L..

La política está encendida. Mejor dicho, la encarnizada lucha por el poder está que arde. Hace sólo dos semanas fuimos testigos delsacrificio de Golborne. En el cambio de escena no quedó espacio alguno para pensar. Ni siquiera se alcanzaron a cerrar las cortinas: Golborne salió por la puerta trasera y de inmediato entró Longueira al escenario. La tristeza duró sólo unos segundos. Y siguió el entusiasmo militante. El súbito cambio opacó las razones detrás de éste. Un montaje bien urdido que, según nos hemos enterado, llevaba días masticándose. Por mucho que hayan intentado culpar a Andrés Allamand del sacrificio de Golborne, la verdad es que la UDI finalmente actuó pensando en el partido. En definitiva, fue un guión preparado a sangre fría. Un crudo entramado para enfrentar lo que políticamente era necesario e inevitable.

El ascendiente del histórico de Longueira sacudió y conmovió a un partido que parecía condenado al sopor. Su campaña apareció tan rápido, que algunos se preguntaron si estaba guardada en un cajón. Con logo, slogan y todo lo demás, rápidamente partió la carrera. Los renovados samuráis, Francisco de la Maza y Gonzalo Cornejo, salieron a la carga como en los viejos tiempos. El mismísimo Jovino Novoa, adherente y ferviente defensor de la candidatura de Golborne, se unió a la cruzada partidista. Y hasta Manfredo Mayol resucitó para enmendar el arte de las comunicaciones. Se acabó la chacota, mis amigos. Llegó la hora de trabajar. Volvieron los coroneles. Patricio Melero y José Antonio Kast, circunspectos, observan el golpe de timón que vive la UDI.

Al ex candidato independiente de la UDI le pidieron disculpas “por no haber estado a la altura” y le ofrecieron un cupo senatorial. Donde él quisiera, dijo el recién ungido candidato. Y mientras Ena von Baer todavía mantenía su publicidad junto a Golborne, Iván Moreira de inmediato posó junto al equipo ganador. Los coroneles volvieron a movilizar el partido. Hay que arreglar la plantilla. Ena, que parta al sur (¡qué se ha imaginado esta mocosa compitiendo con Moreira!). Y los demás, que se pongan las pilas, mira que Cornejo no se anda con chicas cuando se trata de movilizar. Los cupos, muchachos —bien lo saben en la UDI— se ganan.

Si la UDI muestra ese fervor de antaño, e impone el orden, en la izquierda cunde la desesperación y el desorden. Las largas negociaciones para las primarias fueron un fiasco. Se culpan unos a otros. Los poderosos no quieren dejar sus cupos. Y los perlas quieren ser senadores. Llueven recriminaciones y acusaciones. El fuego cruzado es de alto calibre. Si la crisis llegó al Olimpo. Incluso tuvo que hablar Ella. Bachelet les exigió a los partidos de la Concertación tener primarias. Se cuadran, temerosos. Y se reinician las negociaciones. Pero sigue ardiendo Troya. Escalona acusa a quienes lo desafían de ladrones de votos. Andrade defiende la dignidad y la institucionalidaddel PS. El Comité del PS discute hasta tarde, a puertas cerradas. No sale humo blanco. Y Ella cita a los candidatos presidenciales de la Concertación. Pero nada distrae el caos.

Este show político deja una gran inquietud: el liderazgo político de Bachelet. Sin lugar a dudas es un golpe bajo para la nueva mayoría que pretende liderar. La patota está muy revuelta. Y si Ella tiene que gobernar con esta tropa, la situación no parece muy alentadora. El desprestigio para los políticos es sólo más agua para la pecera. Pero para Bachelet, el costo es mayor.

En este páramo de las malas prácticas, el candidato independiente de la centroizquierda, Andrés Velasco, nuevamente cambió de opinión. Al comienzo dijo que él iba si Ella no iba. Después dijo que él iba si Ella venía. Ella llegó y él iba. Pero de repente, no quería ir a las primarias. Finalmente tenía que ir. Y ahí sigue, como Jacques Cousteau, buceando entre tiburones.

Al menos en la derecha hay dos partidos ordenados y alineados con sus candidatos. Y en el medio de todo esto, Allamand sigue haciendo la pega con calma y moderación. Muchos critican a RN por ser un partido desordenado, demasiado diverso, sin mística. Pero la verdad es que es el único partido que acogió a Evópoli, un grupo de jóvenes liderados por Felipe Kast. Tendrán primarias parlamentarias. Algo que la UDI no haría. Y que la Concertación, pensando en Giorgio Jacksony su Revolución Democrática, ni siquiera puede soñar. Imposible. Sólo les queda esperar que pase esta pesadilla.