Revista Ya, 21/4/2009
Opinión

¿Aumentar el posnatal o construir más salas cuna?

Francisca Dussaillant L..

En los últimos años, la cifra de madres que abusa de las licencias para prolongar su posnatal se ha disparado. Considerando esa realidad, la economista del CEP Francisca Dussaillant propone que en vez de financiar la masiva construcción de salas cuna, el Gobierno extienda el posnatal a seis meses, y ofrezca estos centros sólo a las madres más pobres. En la vereda contraria está Estela Ortiz, de la Junji, quien se pregunta: ¿Qué alternativa de cuidado para sus hijos tendría el 80% de madres que no tiene derecho a descanso maternal? Aquí, ellas, más otros dos expertos adelantan el debate que se viene.

Por MAGDALENA ANDRADE N.

«Necesito ayuda urgente. Se me termina el posnatal en unas semanas más y me niego a dejar a mi guagua en una salas cuna. Mi pediatra me dio una orden para el examen de reflujo, para ver si sale positivo y alargar la licencia por unos meses más», dice una madre que hace unas semanas dejó este mensaje en el foro de una página web dedicada a la crianza. «Sé que mi hija no tiene reflujo, pero necesito que el examen salga positivo (…)».

Este testimonio es la prueba de una tendencia que en los últimos años se ha disparado en Chile. Si en 2003 se dieron cerca de 129.000 licencias por enfermedad del hijo menor de un año, en 2007, la cifra subió a 183.000. El estudio a los montos de los subsidios pagados por el Estado en 2007 para cubrir las licencias por enfermedad grave del niño menor de un año, realizado por la economista del Centro de Estudios Públicos (CEP) Francisca Dussaillant, es revelador: si todas las licencias extendidas fueran verdaderas, los 72.500 hijos de madres trabajadoras que nacieron durante ese año habrían pasado alrededor de 63 días – dos meses- gravemente enfermos. Una cifra inverosímil, dice la economista.

Convocados por Revista Ya, Francisca Dussaillant, investigadora del CEP y autora del estudio ¿Salas cuna para menores de un año o extensión del permiso posnatal?, y tres especialistas en primera infancia -Estela Ortiz, vicepresidenta ejecutiva de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji); Pablo González, economista del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y el pediatra Francisco Moraga, vicepresidente de la Sociedad Chilena de Pediatría- se reunieron para discutir este tema. Y todos concuerdan en el diagnóstico inicial: hay una necesidad de las madres de tener un posnatal más largo. El consenso está entre los cinco y seis meses, ya que es un período que podría financiar el Gobierno y no sería contraproducente para los empleadores.

El punto es que en Chile el posnatal extendido no existe. Sólo dura 84 días. Entre los expertos hay dos posiciones: por un lado, ocupar los recursos en efectivamente alargar el posnatal para que la madre cuide a su hijo personalmente, y por otro, construir más salas cuna para que profesionales se encarguen del cuidado de los niños mientras las madres trabajan, y asegurarse de ese modo que la inversión en educación sea exclusiva para el niño.

Las ventajas y desventajas de más salas cuna

Cada año, nacen en Chile en promedio 251 mil niños, pero sólo el 20% de las madres de esos niños tiene una fuente laboral estable. El 80% restante -una gran parte proveniente de los quintiles I y II- no tiene descanso maternal y necesita contar con una alternativa que les permita dejarlos al cuidado de alguien mientras trabajan. «Ellas no pueden escoger si quedarse o no con sus hijos, porque de su sueldo depende que la familia salga adelante», dice Estela Ortiz, vicepresidenta de la Junji. En ese sentido, asegura, las salas cuna son la mejor opción para que estas madres puedan trabajar y a la vez cumplir con lo que toda mamá busca al querer estar con su hijo: fomentar el apego y la lactancia.

Apoyo efectivo para la madre que trabaja y no trabaja: Efectivamente, el 78% de las usuarias de las salas cuna son madres que trabajan. Pero el resto de las madres que están ahí -y que no pertenecen al mercado laboral- no están ahí sólo porque sean gratuitas. Cumplen con varios criterios para ser aceptadas: un 5% son mujeres que buscan trabajo – y necesitan alguien que cuide de su hijo- , un 0,5% son madres adolescentes, y el resto son mujeres con necesidades especiales: aquellas que trabajan con contrato, pero en empresas que evaden prestar servicio de salas cuna, y también las que tienen problemas de drogas, de violencia en su casa o vulnerabilidad. ¿Qué harían estas madres – se pregunta Estela Ortiz- si no tuvieran ese apoyo?

Seguimiento a la salud de los niños: El pediatra Francisco Moraga dice que las salas cuna actuales – que crecieron de 708 en 2005 a más de 3.500 ahora en 2009- han traído un beneficio importante en la salud de las guaguas, ya que, al llegar tan pequeñas, se les ha podido hacer seguimiento de su estado general y pesquisar patologías que antes habría sido imposible encontrar hasta pasados los dos primeros años de vida.

Son indispensables después de los seis meses: Todos los entrevistados están de acuerdo en este punto. Francisca Dussaillant dice que, eso sí, deben tener menos costos operacionales, porque los niños llegan más grandes y en mejores condiciones. Lo mismo ocurre con los jardines infantiles.

Provocan desconfianza de las madres: Es la gran desventaja de esta idea. Cuando Francisca Dussaillant y Pablo González critican la masiva implementación de salas cuna en desmedro del posnatal, lo hacen bajo el siguiente supuesto: es mejor que una guagua esté los primeros seis meses con su madre que bajo el cuidado de otra persona. Aluden a la desconfianza de las madres por este tipo de recintos que consideran una segunda opción. Francisca Dussaillant cree, además, que crean un «incentivo perverso» al ser gratuitas y cada vez más masivas: según sus cifras, hay un tercio de madres que las ocuparían sin estar insertas en el mercado laboral, y llevarían a sus hijos sólo motivadas por la gratuidad.

Ventajas y desventajas del posnatal extendido

Podría beneficiar igualitariamente a todas las mujeres: Para lograrlo, Francisca Dussaillant propone crear un programa que incentive a todas aquellas mujeres que trabajan informalmente a cotizar un pequeño monto para previsión y salud. Así, tendrían los mismos derechos de pre y posnatal que aquellas que trabajan con contrato, y se verían beneficiadas con el aumento de la licencia maternal.

También se podría dividir los recursos que ahora se focalizan exclusivamente en las salas cuna en dos montos: uno que sirva para entregarles el beneficio, tal como se entrega hoy, a las madres adolescentes, a las que buscan trabajo, a las vulnerables y a las que realmente no tienen con quién dejar a su hijo. Y al resto de las madres, aquellas que trabajan de manera informal, entregarles un subsidio para que puedan quedarse cuidándolos por los seis primeros meses. Calcula que con esos cambios, más otros pequeños, se podría extender el posnatal a todas las mujeres a costo cero por cinco meses.

Otorgaría mayor claridad para los empresarios: El pediatra Francisco Moraga, que como miembro de la Sociedad Chilena de Pediatría se ha reunido varias veces con miembros de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), expone que la postura de los empresarios está lejos de oponerse a una extensión del posnatal. «Ellos están muy de acuerdo con que haya una claridad en las reglas del juego. Esta incertidumbre que les significa que sus trabajadoras prolonguen el posnatal en base al abuso de licencias es muy complejo. Saben, además, que incentivaría la natalidad, porque una madre que sabe que va a tener un posnatal más protegido tiene más hijos. Algo muy importante, porque Chile, donde tenemos la tasa de natalidad más baja del continente, habría quebrado en el año 2025 si no fuera porque en los dos últimos años ha aumentado la cantidad de nacimientos».

Aseguraría una inserción laboral mujer–hombre más igualitaria: El economista Pablo González valora que en los países donde existe posnatal de un año, la inserción laboral de la mujer y el hombre es mucho más igualitaria. «En la encuesta de uso del tiempo del PNUD, las mujeres trabajan 20% más que los hombres cuando se consideran las labores del hogar, y en eso hay que tener cuidado cuando se elija prolongar el posnatal para ellas. Las políticas tienen que ver de qué forman incorporan en ese proceso también al padre».

Exigiría menos meses de fuero: A los empresarios les convendría más tener un posnatal extendido ¿Por qué? Porque disminuirían los meses en que la trabajadora tendría fuero, la gran piedra de tope para que los empresarios contraten mujeres. «Ellos dicen que no les complica el posnatal – que paga el Estado- , sino que después del posnatal lleguen mujeres que se duermen en el escritorio, que llegan trabajando a mitad de máquina; son un porcentaje bajo, pero dañan la credibilidad de las mujeres como personas productivas. Extendiendo el posnatal, las mujeres llegan en mejor pie», dice Francisca Dussaillant.

El subsidio no necesariamente iría en ayuda del niño: La vicepresidenta de la Junji Estela Ortiz no está de acuerdo con que a las madres más pobres se les entregara ese dinero directamente, ya que no garantiza que se invierta completamente en el niño: «Si les entregamos esa plata a las madres, no la ocuparían en los niños, sino en el resto de la familia. Habría que hacer todo un trabajo con estos grupos familiares».

El permiso posnatal en el mundo

EN CHILE, el permiso posnatal es de 84 días para aquellas trabajadoras dependientes o independientes que coticen en Fonasa o Isapre. En varias empresas, en los últimos años, se ha incorporado la modalidad de reintegración progresiva después del posnatal, con goce total, parcial o sin goce de sueldo. En el resto del mundo, la situación varía según cada país: hay algunos donde hay un tipo de licencia para las madres, otro para los padres, y otros donde existe una única licencia para padre y madre, y ellos deben repartírsela según sus necesidades. En gran parte de los países este permiso es cubierto por la seguridad social, aunque hay excepciones, como Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda, donde los permisos no son remunerados, salvo en caso de tener seguros específicos.

ARGENTINA: 45 días de posnatal para las madres y 2 para los padres.
BRASIL: 120 días entre pre y posnatal, más cinco días de permiso para los padres.
PERÚ: 45 días de posnatal para las madres.
NORUEGA: 350 días repartidos entre padre y madre.
SUECIA: 450 días repartidos entre padre y madre.