El Mercurio, 13 de mayo de 2012
Opinión

Calidad de la educación: del papel a la realidad

Sergio Urzúa.

Todo indica que el Ministerio de Educación aumentará su presupuesto en forma significativa. En hora buena. Parece que finalmente llegó el momento de hacerse cargo de la calidad del sistema educativo. Pero ¿sabemos cómo?

La historia no ayuda. A la fecha, the Chilean way en materia educacional se ha caracterizado por grandes avances en cobertura. Desde los años 60 observamos avances, primero en educación básica, luego media y superior, y ahora preescolar. Todas iniciativas muy loables, pero con una visión limitada de lo que estos cambios eventualmente exigirían. La palabra «calidad» ha estado en el papel, no así en la realidad. No se ha dado el merecido énfasis al rol del maestro, al currículum, a innovaciones en prácticas educativas, al cómo y qué se enseña en la clase, a lo que se mide dentro de la sala, a la información que se les entrega a las familias, a la integración del sistema de educación básico y medio con el superior, a la integración del sistema de educación secundario con el mercado laboral, y la lista sigue.

En materias educativas, Chile parece no haber podido mascar chicle y caminar a la vez. Se dice que se avanzó «en la medida de lo posible». Probablemente. Pero no se puede descartar que la realidad actual es producto de acciones estratégicas, caracterizadas por una visión cortoplacista. Guste o no, las políticas de Estado aumentaron cobertura hipotecando calidad. Las inversiones en capital físico se concretan rápidamente. Las inversiones en capital humano toman tiempo (mucho más allá de cuatro o seis años). Se trató de cambiar el sistema con más horas de clases, con incentivos a los profesores, con diferencias en subvenciones, entre otros. Pero ¿sabemos cuáles son las políticas que cambiarán lo que ocurre dentro de la sala de clases? ¿Cómo cerramos las brechas? La evidencia ha demostrado que las brechas no se cierran aumentando el acceso a créditos en el sistema universitario.

En este sentido, no pueden sorprender los paupérrimos resultados de la prueba Inicia. Si hay un problema en el sistema de educación superior, es precisamente lo que ocurre en pedagogía. ¿Esperamos realmente que la gratuidad en la carrera de pedagogía mejorará la formación docente?

Los desafíos actuales del ministerio son probablemente los mayores en décadas. Aumentar cobertura es sencillo comparado con el aseguramiento de calidad. La evidencia internacional ha demostrado que los incentivos y accountability no son suficientes para asegurar calidad. Un claro ejemplo de ello son los malos resultados del programa » No Child Left Behind » en los Estados Unidos. El mercado ayuda, pero no hace magia. Hay cosas que el dinero no puede comprar.

Las políticas de Estado aumentaron cobertura hipotecando calidad.