La investigadora indica que los recientes indultos del Presidente Boric no se condicen con lo que expresa la ciudadanía en el reciente estudio y advierte que aumenta el riesgo de aparición de liderazgos populistas.
Un país moderado, pero preocupado por el orden y la seguridad, y con una mirada pesimista respecto del futuro. Así describe la coordinadora del programa de Opinión Pública del CEP, Carmen Le Foulon, algunas de las principales lecturas que se pueden hacer de la reciente encuesta presentada por el centro de estudios.
El análisis exhibe un repunte en la confianza en las policías y las FF.AA. ¿Por qué se da ese cambio desde el estallido?
—Las demandas de orden y seguridad siempre han sido relevantes para la ciudadanía: si vemos las preferencias, cuando a la gente se le pide ubicarse en el eje entre libertad y orden versus libertades públicas y privadas, se observa siempre esta mayor preponderancia de gente que se ubica en el eje libertad/orden, y para el estallido vemos que esta llega a su nivel más bajo. Además, siempre ha sido mayoritario el rechazo a las formas de violencia, lo que pasa es que había un porcentaje menor de rechazo, y ahora es un rechazo que llega casi al cien por ciento de la población. Nosotros también vemos que la confianza a Carabineros, PDI y FF.AA. tuvo una caída en 2017, y después cuando se vuelve a evaluar en 2019 con el estallido, vino el desplome, y eso posestallido ha venido repuntando y llegando a niveles similares a los de antes.
¿Se puede hablar de que hay un regreso al Chile antes del estallido?
—En muchos aspectos Chile está volviendo a las tendencias preestallido. Vemos el estallido como un punto de cierto cambio en las preferencias, pero es más bien un punto que es más anómalo respecto de la mirada global de la sociedad en términos, por ejemplo, de la crisis en la confianza en todas las instituciones. Eso no quiere decir que la confianza en instituciones ahora sea alta. Ahora, si bien se generaron diferencias en la medición del estallido, son importantes, pero no son cambios radicales. No es que la sociedad cambió en el estallido: hubo algunos ajustes, pero la sociedad no cambió radicalmente.
¿No se condice la entrega de indultos del mandatario con lo que expresa en esta encuesta la ciudadanía?
—Los datos de esta encuesta ilustran que mayoritariamente en la población probablemente hay un rechazo a los indultos. Porque uno conjuga cosas como la preocupación por la delincuencia, el rechazo a las formas violentas de protestas, y la gran mayoría de los indultos estaban referidos a personas que habían participado en acciones violentas de protesta. Por otro lado, hay un mayor apoyo a acciones de Carabineros para controlar la violencia en manifestaciones: un 56% de la población justificaría siempre o casi siempre que Carabineros use la fuerza para controlar a violentistas en manifestaciones.
Con la realidad que muestra el estudio, ¿qué rol le cabe cumplir al Gobierno para impulsar sus reformas?
—Uno puede leer la encuesta como un llamado imperioso de la ciudadanía al Gobierno a actuar en agendas de seguridad, también en agenda de pensiones. Cuando a las personas se les pregunta por la administración de los fondos de pensiones, 49% quiere que coexistan ambos sistemas. Uno puede dar la lectura al contrario: que el Gobierno tiene que escuchar las demandas de la ciudadanía, que son temas relevantes, y avanzar hacia alcanzar estos acuerdos, tomando por ejemplo esta idea de que coexistan en el sistema tanto administradoras de fondos públicos estatales y privadas. Diría que la demanda ciudadana está clara, hay un apoyo claro a reformas que combinen sistemas de entes estatales y privados, y lo que es complejo para el Gobierno es más bien la situación política que enfrenta para impulsar las reformas, porque los partidos que lo apoyan están tensionados internamente. Además, si miramos los personajes políticos, los mejor evaluados del Gobierno son los del Socialismo Democrático que impulsan reformas y han tenido una mirada más cercana a la centroizquierda. Mientras que las figuras políticas peor evaluadas del Gobierno y han empeorado en sus evaluaciones son las de Apruebo Dignidad.
El estudio presentado tiene 59 páginas. ¿El Gobierno puede encontrar una buena noticia?
—Creo que es una buena noticia tener dos figuras políticas relevantes de su gabinete entre los mejor evaluados, como Mario Marcel y Carolina Tohá. Muestra que no es imposible tener una buena evaluación de ministros del actual Gobierno. Pensando en una mirada de políticas públicas y las políticas que quieren impulsar, la buena noticia es que hay una amplia demanda por políticas clave que el Gobierno podría impulsar.
En otra lámina del estudio indican que baja la preferencia por la democracia, de un 61% a un 49%, y aumenta quienes creen que es preferible un autoritarismo (19%) o la indiferencia a ambos sistemas (25%). ¿Se abre espacio para la aparición o consolidación de liderazgos populistas en Chile?
—Se abren espacios y aumenta el riesgo de la aparición de liderazgos populistas autoritarios que busquen dar respuestas mágicas o soluciones fáciles a problemas complejos, a una ciudadanía que no ha visto respuestas de parte de la democracia. Eso es importante porque se conjuga con la política contingente: si se ve a partidos políticos que en vez de ponerse de acuerdo empiezan con la política pequeña, empieza a ser más riesgoso que emerjan líderes autoritarios.
En cuanto a figuras políticas, aumentan significativamente su aprobación principalmente personajes de oposición. ¿Es inadecuado pensar que se mueve el péndulo hacia la derecha?
—Tendemos a extremar las visiones de péndulo de Chile. Me parece que los movimientos no son tan dramáticos y hay un grupo importante que define la elección que en general son las de centro o bien que no se identifican políticamente. Y tal como fue un error leer la elección de convencionales como un cambio de péndulo, leer el Rechazo como un péndulo hacia la derecha es también un error. Lo que nos muestra la encuesta es que Chile es una sociedad moderada, hay principios que se asocian con la derecha, como privilegiar el orden y la seguridad, pero eso no ha cambiado dramáticamente en el tiempo, se ha mantenido. Quizá lo que uno puede leer es el inverso: hay un castigo a las figuras de gobierno asociadas a la coalición más de izquierda, como el Presidente Boric y Giorgio Jackson, que no solo caen en evaluación positiva, sino también aumentan su evaluación negativa.
