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Carmen Le Foulon expuso sobre paridad ante la Comisión de Sistema Político del Consejo Constitucional

Comunicaciones CEP.

Carmen Le Foulon expuso sobre paridad ante la Comisión de Sistema Político del Consejo Constitucional

La coordinadora del Área de Opinión Pública CEP, Carmen Le Foulon, expuso este miércoles 28 de junio en la Comisión de Sistema Político, Reforma Constitucional y Forma de Estado del Consejo Constitucional, en la cual abordó materias de paridad de género en el sistema electoral.

La también investigadora CEP puso como piedra angular la idea de que tiene sentido poner el concepto de paridad “como principio general rector”, pero no parece apropiado incorporar el detalle en el proyecto de Nueva Constitución. En el proyecto se ha decidido delegar la especificación del sistema electoral y, dado que el efecto de la medida depende de este, “lo que justificaría delegar la decisión a un ente que va a tener esa información o que pueda ajustarla con mayor celeridad».

 

¿Por qué paridad?

Como inicio de su intervención, Le Foulon puso sobre la mesa el cuestionamiento de si es relevante que exista una sobrerrepresentación de un grupo en las asambleas legislativas y las condiciones que la podrían explicar. Así, sostuvo que, generalmente, se consideran tres razones para la sobrerrepresentación masculina en política: el mérito, las preferencias y las barreras estructurales.

Uno de los ejemplos que dio en su ponencia para abordar el tema del mérito fue el experimento de las «audiciones a ciegas», donde las investigadoras Claudia Goldin y Cecilia Rouse revisaron los registros de ocho de las orquestas más reconocidas del mundo respecto de este tipo de prácticas y cómo impactaron en la composición femenino-masculina de estas. La principal conclusión de esta investigación, que abarcó información entre 1970 y la década de los 90, fue que estas audiciones «a ciegas» lograron reducir significativamente la contratación con sesgo de género en la composición de orquestas sinfónicas.

Al abordar el tema de las preferencias, la investigadora cuestionó que las mujeres no tengan inclinación por la política, apuntando a que su baja participación puede deberse más a los estereotipos que recaen sobre ellas. Citando el libro “Disparidad bajo la lupa. Radiografía de las brechas de género en Chile”, publicado en marzo de 2023 por el CEP, también destacó que la carga de los cuidados que recae sobre las mujeres puede tener incidencia en el acceso que tienen a estas preferencias.

De hecho, tras ser consultada por si la baja participación femenina en política puede estar relacionada a las preferencias, destacó que hay una amplia diferencia entre las preferencias naturales (o verdaderas) y las preferencias adaptadas al contexto (o condicionadas). Estas últimas, entendiéndolas como aquellas que las personas tienen influidas por los roles y estereotipos, “así como condicionadas a las limitaciones que impone el contexto”. 

Finalmente, abordando las barreras estructurales que pueden enfrentar, Le Foulon señaló dos tipos: los roles y estereotipos, y el acceso a la participación de candidaturas dentro de los partidos. Sobre este último punto, si bien sostuvo que también puede estar influido por los roles y estereotipos, también señaló que, como históricamente los partidos han estado mayoritariamente integrados y liderados por hombres, esto se sigue perpetuando en las redes de contacto y apoyo dentro de los partidos.

«Hay participación política a nivel local bastante amplia de mujeres, hay participación en los partidos políticos y cuando uno va a las entrevistas, a la etnografía, se ven muchas ocasiones limitaciones a la entrada de mujeres”, señaló.

Como ejemplo expuso lo ocurrido con la implementación de la Ley de Cuotas en las elecciones de 2017. Debido a que la cuota se aplicó a nivel nacional, se observa que en los distritos más adversos para el partido (donde obtuvieron un peor desempeño relativo en la última elección), pusieron un mayor porcentaje de mujeres que en aquellos en los que obtuvieron el mejor resultado relativo. Es decir, explicó la experta, “las pusieron en distritos más difíciles de competir”.

Mejorando el mecanismo de la paridad en una elección

Para solucionar los problemas de brechas de género en el marco del sistema electoral, la coordinadora de Opinión Pública sostuvo que debe tomarse a la paridad como principio rector y que existen diferentes formas de alcanzarla.

En este contexto, explicó las complejidades del actual sistema electoral que tiene Chile, que es bastante único comparado con otros países, ya que se vota por una persona dentro de una lista o pacto. Es decir, “se combina la lógica de un sistema mayoritario, en el que se vota por la persona, con la de un sistema proporcional, en el que se vota por el partido. Esto, puesto que lo central, es representar en forma proporcional las ideas o programas”.

La investigadora explicó que cualquier mecanismo que se aplique tiene dos efectos: el mecánico y el estratégico. Y si bien la discusión pública se ha centrado en el efecto mecánico, aseguró que es muy relevante entender el efecto estratégico. Es decir, entender cómo cambia la estructura de incentivos y, con ello, cómo responden las personas y los partidos a este ajuste.

Las características de los mecanismos, de hecho, impactarán de manera distinta tanto en el efecto mecánico como en el efecto estratégico. Para explicar los alcances de ello, Le Foulon puso como ejemplo las elecciones de la Convención Constitucional y la del propio Consejo, que tuvieron dos formas distintas de determinar cómo alcanzar la paridad de salida. 

En el caso de la Convención Constitucional, se buscaba la paridad a nivel de distrito. Por lo mismo, ya que no todos tenían una magnitud par, no se aspiraba tener una paridad del 50% exacto. Asimismo, el reemplazo en caso de existir un sexo sobrerrepresentado se hizo a nivel de distrito, ordenando de menor a mayor los porcentajes de votos de las personas electas preliminarmente del sexo sobrerrepresentado y reemplazando a quienes tenían menor porcentaje de votos por aquellos del otro sexo dentro de un mismo partido.

El mecanismo del Consejo Constitucional fue muy distinto, ya que se planteó una paridad exacta a nivel nacional, la cual se basaba en cantidad de votos (no en porcentaje de votos). Primero “se identificaba la lista menos votada, luego se iba a la región en que tuviera menos votos y, recién ahí, se identificaba a la persona a reemplazar”. 

“El detalle sí importa, los mecanismos sí importan y, si realmente estamos preocupados de que haya una menor diferencia, se podría pensar en un mecanismo que lo minimice”, recalcó la experta. Para ilustrar las diferencias entre quienes son reemplazados según diferentes mecanismos, mostró algunas simulaciones de elaboración propia. 

Con respecto al efecto estratégico, recordó que en toda elección hay dos procesos de selección: la nominación del partido y los votos de la ciudadanía, por lo que efectivamente la aplicación de mecanismos de paridad de salida tienen impacto en los incentivos a los partidos.

Así, expuso sobre un estudio respecto al impacto de la implementación de paridad realizado en Suecia, país que tiene un sistema de listas cerradas y bloqueadas, a través de un sistema de cebra. Los autores del estudio explicitan que el efecto fue el de romper las redes que impedían el acceso de los mujeres, pero también el acceso de otros hombres, y muestran que aumentaron las capacidades de las personas electas. 

La propuesta del anteproyecto

Para Le Foulon, si la paridad se establece como un principio rector en el texto constitucional, por definición al ser un principio, no se restringiría a un período en específico. Sin embargo, fue explícita en señalar que, si se analiza el impacto de mecanismos como el de cuotas, los incentivos cambian según la temporalidad de la medida. 

En base a la evidencia internacional, explicó que, “para que el sistema electoral se asiente y produzcan e incorporen todas las diferencias de sentido, son 10 o 15 años”. Pero eso asume que el cambio en las reglas son permanentes, por lo que es muy diferente si se explicita – como lo hace la propuesta- que la cuota rige para dos elecciones, como máximo. 

“Yo creo que la idea de tener paridad como ‘principio’ es un principio ordenador que tiene que estar, pero se tiene que delegar al legislador cómo hacerlo. Hay elementos que son relevantes para la discusión en términos de los incentivos. Lo que hemos visto a nivel de cuotas, por ejemplo, es que no es lo mismo a nivel nacional que a nivel distrital” dijo. Esto, de hecho, está en línea con la investigación “Una Constitución que cierre brechas entre mujeres y hombres: Elementos para la discusión” de María José Abud publicada por el CEP.

En la sesión también expusieron Valentina Verbal, licenciada en Historia de la Universidad de los Andes y magíster en Historia de la Universidad de Chile, y Julieta Suárez-Cao, profesora asociada de Ciencia Política UC y Ph.D. en la materia por la Universidad de Northwestern (Estados Unidos).