www.pulso.cl, 10 de enero de 2014
Opinión

Corbo y gobierno de Bachelet: «Va a tener una preocupación creciente por la expansión _x0007_de la economía»

Vittorio Corbo.

Preparando uno de sus múltiples viajes al extranjero se encuentra el ex presidente del Banco Central, Vittorio Corbo. La próxima semana asistirá en Cancún a la conferencia anual del Banco Santander, donde compartirá tribuna con el ex presidente del Banco Central de Brasil, Henrique Meirelles, y con el ex secretario del Tesoro de EEUU, Larry Summers. Sin embargo, eso no le quita el foco de atención de lo que está pasando en el país, donde analiza el marco económico en que se desarrollará el nuevo gobierno y cómo eso puede determinar su accionar.

por Olga Bustamante

¿Cómo ve el escenario que le espera al gobierno que asume en marzo?
– El gobierno que asume en marzo va a encontrar una economía que ha ido perdiendo fuerza. Una economía creciendo menos que el potencial. Esta desaceleración tiene mucho que ver con el hecho de que condiciones muy favorables para el crecimiento chileno en los últimos años se han ido disipando. Una de ellas es la reconstrucción, respecto de la cual una parte importante ya se ha completado. Segundo, la fuerte inversión minera que se produjo ha ido madurando. En materia internacional hay elementos positivos y otros no tanto. En promedio el entorno externo para Chile es algo menos favorable por el costo de financiamiento que significa el retiro de liquidez y algo más favorable por el lado de la parte real, dada la recuperación de EEUU, el mejor escenario de Europa y la situación de Japón. Entonces, en el neto, su efecto no es tan grande como es el del ciclo interno que se ha ido completando.

¿Cree que Chile se jugó entre dos visiones distintas de modelo de desarrollo en la última elección?
– Si miramos lo que ha pasado en los últimos 30 años, Chile es uno de los países que más ha progresado en el mundo. Es el único país importante de América Latina que ha reducido la brecha de ingreso per cápita con los países desarrollados y el que más ha avanzado en indicadores sociales como mortalidad infantil, expectativas de vida al nacer, pobreza, etc. En ese contexto, me cuesta pensar que el país se esté jugando por un modelo distinto. Yo creo que se juega por énfasis distintos. Lo que veo del programa de la Presidenta electa es que ella quiere hacer un cambio importante en educación. Hay que acelerar al respecto y espero que en esa reforma educacional no se descuide el problema central hoy en Chile, que es la educación pre escolar, la básica y la media. No veo que se le esté dando a este segmento el peso adecuado en la discusión. El énfasis ha estado en la educación universitaria, pero uno no puede discutir sobre el piso 18 de un edificio, si no hace primero los otros 17 pisos bien y especialmente las fundaciones, sino al primer temblor se cae.

Pero hay una demanda por mayor igualdad.
– Chile ha avanzado en muchas cosas, pero donde la velocidad no ha sido la que pide la sociedad, es en la reducción de la desigualdad. La sociedad quiere más, pero para cumplir con eso tiene que ser en forma sostenible. No se trata de quitarle a uno para darle a otro. Algunos países lo hicieron y fueron todos igualitos, hasta se vestían igualitos. Un país que se llama China. Y ahora decidieron cambiarse la vestimenta y están mucho más contentos. Han salido 400 millones de chinos de la pobreza, pero la distribución del ingreso se deterioró enormemente porque antes eran todos igualitos. Para Chile la mejor manera de hacerlo en forma sostenida es mejorar el capital humano al que tienen acceso los más pobres.

¿Está de acuerdo con la noción de una sociedad de derechos sociales garantizados?
– La educación pre escolar, básica y media, determina la calidad de vida que tiene la sociedad como un todo y desde esa perspectiva es un bien público. Pero la educación requiere dos cosas: que se tenga acceso a la oportunidad de educarse y uno también hacer el esfuerzo por educarse. Una parte importante de lo que se logra en capital humano es con esfuerzo y el esfuerzo es individual. Y eso no se puede asegurar.

¿Le preocupan las reformas que impulsará el nuevo gobierno?
– Tengo que verlas con más detalle. Lo importante es cuando venga la discusión. Hay cosas que en Chile han funcionado muy bien y se ha tenido mucho cuidado en construir sobre lo ya hecho.

Por lo mismo, ¿se declara preocupado o expectante?
– Yo me declaro expectante, porque es difícil pensar que si el país va bien como va y estamos enfrentando una desaceleración, uno se ponga a jugar con eso, porque la mejor máquina para proveer recursos para hacer una agenda social como la que se quiere hacer en Chile es el crecimiento. Con una economía que se está desacelerando, creo que el crecimiento va a estar mucho más en la agenda de lo que estuvo los últimos meses.

¿Eso significa que el tema del crecimiento se va a volver más central en el programa del nuevo gobierno?
– Yo creo que van a tener una preocupación creciente por la expansión de la economía.

¿Y esto puede limitar lo que se pueda hacer en materia de reformas?
– Lo que ocurre es que muchas reformas pueden tener menos efectos de lo esperado por el hecho de que van a haber menos recursos.

¿Qué opina de la visión del ministro de Hacienda en cuanto a que parte de la desaceleración de la inversión se debe a la incertidumbre por los cambios anunciados por el nuevo gobierno?
– Yo mencioné muy claro antes las razones de la desaceleración. Ahora, en el margen, también mientras uno no vea cómo se aclaran las cosas algunos proyectos pueden retrasarse, pero esas cosas pasan en todos los países cuando hay cambio de gobierno. Se trata de algo muy transitorio.

Usted es director de empresas y consultor privado. ¿Qué ambiente percibe en ese mundo?
– La gente quiere ver un poco cómo se resuelven algunas aprensiones que tienen. Algo de eso se va a empezar a aclarar cuando la Presidenta nombre a sus autoridades. Yo creo que va a ser muy cuidadosa en elegir su gabinete.

¿En qué grado es importante el equipo económico que la acompañe?
– Es muy importante por la visión que ese grupo de gente tenga con respecto al funcionamiento de la economía chilena y qué se requiere para que pueda seguir creciendo y con avances más decisivos en reducir la desigualdad.

¿Cuál es el rol que debe ocupar el ministro de Hacienda?
– Lo importante que debe hacer es tener la capacidad y el staff técnico para analizar las implicancias de las medidas que se propongan, desde el punto de vista de su contribución al crecimiento, a la igualdad, al empelo. Tener una capacidad analítica global como la han tenido los ministros de Hacienda en los últimos 25 a 30 años.

¿Debe ser un contrapeso del sector político?
– El insumo que pueda entregar el ministro de Hacienda es muy importante para que las medidas pasen el test de su contribución al objetivo central que tiene la administración, en este caso que el país avance más decididamente en reducir las desigualdades. Se requiere una persona capaz de evaluar eso, porque hay muchas cosas que se proponen para reducir la desigualdad, pero que pueden terminar exacerbándola. Los ministros de Hacienda efectivos han sido los capaces de hacerse escuchar, porque al final las decisiones son de los Presidentes.

¿Cómo debe manejarse Bachelet respecto de las expectativas ciudadanas?
– No hay duda que ese es un reto importante para la administración que asume y yo, de lo que he visto de la Presenta electa, ha sido cuidadosa de resaltar en qué se puede avanzar y en qué no.

¿No hay riesgo de que si los cambios no ocurren rápido como la gente espera, se desborden esas expectativas?
– Se deben ir manejando esas expectativas. Lo peor puede ser moverse rápido por la presión de la calle y que terminemos tropezando. Ahí está el rol del político y yo creo que ella tiene eso muy claro.

ACTIVIDAD, INFLACIÓN Y TPM

El bajo Imacec de noviembre sorprendió al mercado y habla de un cuarto trimestre de 2013 bastante frío.
– Estamos viendo una desaceleración importante en la inversión que ya viene desde los últimos cuatro trimestres y ahora está irradiando al resto de la economía. No sólo tenemos la inversión, sino que cifras recientes muestran que la masa salarial real, que es lo que se llevan los trabajadores al bolsillo, se desaceleró radicalmente. Esto pasó porque se moderaron los salarios y el empleo ya no crece a la misma tasa porque estamos con plena ocupación. Entonces el consumo, que es el componente más grande de la demanda interna, también empieza a perder fuerza y eso hizo que la economía terminara 2013 con un cuarto trimestre bastante más desacelerado.

Usted ha dicho que la economía chilena puede crecer bajo 4% en 2014. ¿Refuerza esa visión los últimos resultados?
– La probabilidad que crezcamos bajo 4% el 20014 es muy alta. Mi estimación de crecimiento para este año está en torno a 3,5%. Hacia el 2015 va a ser fundamental lo que pase afuera con China y con los países avanzados, y deberíamos volver a transitar hacia el crecimiento potencial que hoy día está más cerca del 4,5% con las trampas al solitario que nos hemos hecho en energía.

En paralelo la inflación ha repuntado inesperadamente, cerrando el año en 3%. ¿A qué se debe?
– En parte al hecho de que el ajuste cambiario que el país requería ha llevado a subir el precio de los bienes transables y también a que tuvimos algunos meses de heladas que afectó los precios agrícolas. Pero si miramos la inflación más limpia como el IPCX y el IPCX1, estamos bastante por debajo del 3%.

¿Hay algo de preocupante en este repunte?
– La tendencia inflacionaria chilena y las expectativas están alineadas en torno al 3%, por lo que la preocupación es en el corto plazo, no hay otra.

¿Y el dólar puede seguir al alza durante 2014?
– Eso dependerá exclusivamente de cómo los mercados de capitales internacionales absorben el comienzo del tapering de la Fed. Pero los mercados están anticipando que la recuperación americana posiblemente va a tomar más fuerza de lo que estimábamos hace tres o cuatro meses, con lo cual las tasas de interés van a subir antes de tiempo, lo que llevará a ajustes importantes de portafolio, un fortalecimiento importante del dólar en los mercados internacionales y con ello el peso chileno se va a ver afectado. Con la ecuación que tenemos hoy pensamos que puede estar entre $520 y $540-$550 en los próximos 12 meses. Si mañana vemos un problema más difícil en China, entonces con un efecto más importante en los precios de los commodities, vamos a estar más cerca de los $545 o hacia arriba.

¿Aún así no ve un peligro inflacionario?
– No, porque la expectativa de inflación está muy anclada. En el pasado si el tipo de cambio se depreciaba 10% el efecto en la inflación era muy alto. Hoy ese efecto es bajísimo.

Dado lo que está pasando en actividad e inflación, ¿cuál es el balance para la política monetaria?
– En el corto plazo el Banco Central tiene que tener más lecturas de cómo se transmite esta alza inesperada de la inflación. Entonces creo que será más prudente antes de seguir bajando tasas. Pero hay que seguir bajando tasas porque este año vamos a crecer muy por debajo del potencial, una vez que empiecen a desaparecer estos registros raros de la inflación, creo que el BC va a retomar la baja de tasas.

¿La pausa sería en enero o podría durar más?
– Es una cosa táctica, el BC tendrá que tener más lecturas donde marzo será crucial. Podría durar dos o tres meses, pero para adelante bajará tasas. Con la información actual, creo que estará a fin de año 50 puntos base bajo lo que está hoy.