El Mercurio
Opinión

De mal en peor

Leonidas Montes L..

De mal en peor

Las expectativas económicas para las personas y para el país son inquietantes. El fantasma del decrecimiento finalmente se ha hecho realidad. Y, por si fuera poco, ayer supimos que las inversiones alcanzaron su peor registro histórico.

Las elecciones en Argentina nos dejan algunas lecciones. Una de ellas es el supuesto poder predictivo de las encuestas. Desde Trump sabemos que dicho poder es frágil y limitado. Si hay algo que no podemos hacer es predecir el futuro con certeza. Menos en estos tiempos donde la inmediatez y el cambio son el pan de cada día.

La última encuesta CEP, la número 90 desde el año 1987, tiene algunas particularidades. Es una encuesta probabilística cara a cara que se realiza a nivel nacional con una rigurosa metodología. Pero entrevistar a 1.478 personas en 125 comunas exige tiempo. Y procesar las respuestas, también. Ahora bien, la ventaja de este tipo de encuestas es que nos permiten tener una mirada más larga y reflexiva sobre las percepciones de los chilenos. Podemos comparar, analizar evoluciones y también advertir realidades.

Partamos por las preocupaciones de los chilenos. Delincuencia, asaltos, robos, violencia, narcotráfico y corrupción siguen siendo lo más preocupante. En un módulo especial de corrupción, sin conocerse aún el caso Hermosilla, un 59% cree que en los últimos cinco años esta ha aumentado. Para un 73% hay muchos involucrados y la práctica de corrupción más extendida sería la “pitutocracia”.

También está la desazón con la economía. Si durante el gobierno Piñera, con covid de por medio, los que calificaban su situación económica como “mala o muy mala” fueron el 19%, durante este gobierno ese promedio sube al 25%. Respecto de la situación económica del país, bajo Piñera un 38% de chilenos creía que esta era “mala o muy mala”. Con Boric subió a un récord del 60%.

En cuanto al futuro, la realidad es aún más desalentadora. Al preguntar por su situación económica en los próximos 12 meses, para un 9% fue “mala o muy mala” bajo Piñera. Con Boric, ese promedio aumentó al doble, a un 18%. Y pensando en la situación económica del país en los próximos 12 meses, un 20% la veía como “mala o muy mala” con Piñera. El promedio en este gobierno se empina al 41%. Las expectativas económicas para las personas y para el país son inquietantes. El fantasma del decrecimiento finalmente se ha hecho realidad. Y, por si fuera poco, ayer supimos que las inversiones alcanzaron su peor registro histórico.

Las malas noticias siguen. Ante la pregunta general de si el país está “progresando”, “estancado” o “en decadencia”, durante Piñera un 20% creía que Chile estaba “en decadencia”. Ahora, con Boric, esa cifra alcanza un 34%. Ese pesimismo económico también se extiende a la política: un 69% cree que la actual situación política es “mala o muy mala”.

En relación con el nuevo proceso constitucional, un 47% lo evalúa como “malo o muy malo”. Y si en diciembre del 2019 un 59% confiaba en que una nueva Constitución ayudaría a resolver los problemas, esa cifra cayó a solo un 19%. El desinterés, la desesperanza y el desánimo llevan a que casi dos tercios de la población todavía no hayan decidido o no sepan qué votar.

En este escenario la aprobación de Boric mantiene su leal y modesto 26%. Pero ninguno de nuestros personajes políticos, donde Matthei, Piñera y Orrego lideran en términos de aprobación positiva, ha mejorado. Todos han perdido y nadie ha ganado. Solo la desconfianza y la polarización parecen ganar terreno. Sin embargo, los chilenos todavía no pierden la esperanza. La mayoría cree que la democracia es la mejor forma de gobierno, un 89% valora elegir democráticamente al Presidente y un 70% prefiere a líderes políticos que busquen el consenso.

El nuevo mensaje parece ser “es la seguridad, estúpido”, esa seguridad entendida en su más amplio sentido. La fragilidad de lo propio convive con la amenaza de una economía que no da señales de recuperación. Mientras tanto, Milei dará que hablar en economía. Y Bukele seguirá con su exitosa lucha contra la violencia.