Abril es un mes agitado para muchas empresas chilenas. Se realizan las esperadas juntas de accionistas, se eligen directores y poco a poco van apareciendo las memorias. Aunque nuestras empresas públicas no realizan juntas de accionistas, y sus directores son elegidos a dedo, algunas publican su memoria anual.
Propongo como ejercicio analizar -ya que todos somos accionistas- la memoria de Ferrocarriles del Estado (EFE) de 2005, año en que se dio por finalizado el ya famoso Plan Trienal 2003-2005, cuya inversión superó los US$ 1.000 millones.
En toda memoria la carta del presidente a los accionistas es importante, porque refleja cierta cultura organizacional, dando cuenta de la gestión de su empresa, de sus planes y desafíos futuros. Luis Ajenjo, presidente de EFE entre diciembre de 2002 y abril de 2006, inicia su carta mencionando el Plan Trienal 2003-2005. Afirma que este plan pondría “a EFE en el siglo XXI”. Resalta los tres grandes proyectos “Merval, Biovías y el servicio Victoria- Puerto Montt”. Acto seguido destaca que todos estos proyectos “fueron inaugurados con la presencia del Presidente Lagos y con participación masiva de la comunidad”. No necesito repetir aquí la crisis en la que se encuentran diversos servicios de Ferrocarriles. La comunidad está desi lusionada. Imagino que el Presidente Lagos también.
El gestor del plan trienio 2003-2005 cierra su carta destacando una vez más la concreción del Plan Trienal. Llama al esfuerzo conjunto para gestionar todas las obras “asegurando un resultado operacional equilibrado”. Esa gestión resultó en un desequilibrio monumental: ingresos totales de $ 25.356 millones y -por favor lea bien-, pérdidas por $ 38.326 millones. Es más, al parecer los ingresos estarían sobreestimados, porque $ 3.000 millones se encuentran perdidos. Imagine usted una junta de accionistas donde el presidente intenta explicar una situación como ésta.
En su última frase Ajenjo insiste en que “al finalizar el Plan Trienal 2003- 2005, EFE se sitúa en el sigloXXI con un nivel tecnológico apropiado al desarro llo alcanzado por el país”. Los chilenos somos testigos.
Después de leer esta carta, bastante vaga y que entrega poca información relevante, el accionista queda con cierta inquietud por indagar algunas cifras de gestión. Sólo se encuentran unas estadísticas básicas resumidas en tres simples gráficos.
Hoy nos preguntamos por qué durante 2004, sin licitación alguna, EFE le compró a la Red Nacional de Ferrocarriles Española (Renfe) -con el aval de los chilenos- maquinaria en mal estado por más de US$ 60 millones. En otra licitación abierta se compraron equipos nuevos a un precio similar. Ayer este diario dio a conocer una serie de otras situaciones graves. Este vergonzoso despilfarro de US$ 1.100 millones es un caldo de cultivo para la corrupción. La falta de accountability en todo esto es incomprensible.
Una pregunta básica es ¿cómo se administran nuestras empresas públicas? El Sistema de Empresas Públicas (SEP), dependiente del Ministerio de Economía, es el holding que administra muchas de las empresas de todos los chilenos. EFE es una de ellas. El SEP no es un organismo independiente. Es político. No debe sorprendernos que EFE haya sido utilizado con fines electorales. ¿Recuerda al Presidente Lagos en algún tren? De hecho el mismo presidente del SEP, el médico Patricio Rojas (DC), consultado sobre este tema por la comisión del Senado nos aclaró, con inusitado desparpajo, que “todas las decisiones de los trenes son políticas, desde el Presidente Balmaceda en adelante, y eso no tiene nada de extraordinario” (sic.). Su explicación fue clara. Por tanto, no se extrañe si pasamos de un “Chile Recortes” a otra forma de llevarse a Chile sobre rieles.
Una vez que Luis Ajenjo deja la presidencia de EFE, asume su correligionario Guillermo Díaz. Sólo se mantuvo en el cargo entre abril y agosto de 2006. Renuncia porque es procesado por el caso MOP-Gate. Como el cargo estuvo vacante hasta enero de este año, me pregunto si la nueva memoria de 2006 traerá una carta del presidente Ajenjo o del presidente Díaz. Como ciudadano y accionista, espero con curiosidad. Será otra carta a los accionistas inolvidable.