Resulta preocupante que el Ministerio de Educación insista en eliminar el Simce de 2° Básico a pesar de la respuesta negativa del Consejo Nacional de Educación.
Los resultados en la prueba de comprensión de lectura que se toma en 2° Básico han permitido visibilizar las enormes diferencias que existen a los ocho años en el desarrollo de la habilidad lectora entre niños de diferentes grupos socioeconómicos. La respuesta debiese apuntar a fortalecer la educación parvularia y los primeros años de la educación escolar, y no a eliminar el instrumento que nos ayuda a identificar el problema.
En este momento, la Agencia de la Calidad se encuentra desarrollando una batería de instrumentos que tiene por objeto ayudar a los docentes en la medición del desarrollo de comprensión lectora a nivel individual para niños de 2° Básico. Estos instrumentos ayudarán a identificar a los niños rezagados para así poderles prestar el apoyo necesario, pero el uso simultáneo con el Simce nos puede servir para perfeccionar ambos instrumentos así como para retroalimentar a los docentes y a sus equipos directivos respecto de sus prácticas evaluativas y medir el impacto de las medidas implementadas, beneficios que desaparecerían de eliminarse esta evaluación.
